25 diciembre 2012

HISTORIA DE LA ESCRITURA ANCESTRAL INCAICA - FOTOS PARTE II

PARTE II - HISTORIA DE LA ESCRITURA ANCESTRAL INCAICA

LAS PRUEBAS



TEXTOS




ESCRITURA INCA


ESCRITURA CHAVIN



ESCRITURA PUSHARO





LOS QUIPUS




















 


















Los Tocapus











 































ESCRITURA EN PALLARES








ALFABETO INCA










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HISTORIA DE LA ESCRITURA ANCESTRAL INCAICA


HISTORIA DE LA ESCRITURA ANCESTRAL INCAICA
Compilado y Estructurado por el Dr. Fernando Durand Mejía. Lima-Perú

Fernando de Montesinos
, un cronista español de la historia incaica, nos informa acerca de un extraño elemento presente en la tradición histórica peruana:

Montesinos afirma que existía en Cusco, en la época del rey Toca Corca Apo Capac, cuadragésimo monarca inca, gran sabio y astrólogo, una universidad donde se estudiaba el uso de la escritura:

"En un determinado tiempo," dijo él, "según lo que dicen los Indios, había [en esta universidad] letras y caracteres escritos sobre hojas vegetales, hasta que todo se pierda hace cuatrocientos años". 
Más lejos, el cronista informa de que bajo el reinado de Titu Yupanqui Pachacuti, sexagésimo segundo emperador, llegó "gente salvaje a los Andes en procedencia de Brasil y de la Tierra Firme. Eran grandes guerreros y con ellos se perdió la escritura."

Titu Yupanqui Pachacuti combatió en una sangrienta batalla, pero fue vencido y murió poco después. Sus soldados llevaron su cuerpo en secreto a Tamputoco. Cusco quedó deshabitada y fue olvidando el secreto de la escritura guardada por los amautas. Cuatro siglos más tarde, el Inca Tupac Cauri Pachacuti consultó un día el oráculo del dios Illatici Huira Cocha, con el fin de restablecer el uso de la escritura. Pero éste le reveló que la causa de un gran desastre que antaño había afectado al Imperio "fueron las letras, que nadie desde aquel entonces se había atrevido a resucitar, ya que de su utilización precisamente había venido una gran desdicha".

Tupac Cauri ordenó entonces por una ley
"que, so pena de muerte,no debía nadie ya utilizar más la 'quilca' ni las hojas vegetales que servían para escribir, ni utilizar de ninguna manera las letras”.


El cronista añade que, desde ese tiempo, nadie se atrevió a emplear más los caracteres escritos y que cuando un sabio amauta inventaba o resucitaba signos de esta categoría, se le privaba de la vida. El sistema de los quipus sustituyó desde entonces la escritura, que apareció en Pacaritampu, de donde se la enseñaba a los nobles, con los ejercicios militares.

Por medio de “archivos” humanos seleccionados para memorizar la historia y literatura incas. De hecho, algunos poemas muy largos en quechua e incluso ciertas obras de teatro tradicionales, como Ollantay, han sido “recordadas” mediante la transmisión oral desde la época de los incas y luego, en la época moderna, re-escritas y puestas en escena.

Los registros de población, producción y tributos del imperio inca eran conservados mediante un sistema de grandes tiras de cuerdas coloreadas y anudadas, y es posible que los archiveros entrenados para memorizar los utilizasen para refrescar la memoria, como un sustituto de los documentos escritos. Incluso hoy, no se comprende totalmente el uso que tenían los quipus, y es posible que subsistan algunos conocimientos incaicos en las aldeas andinas que hablan quechua y aymará.

En los muros de Tiwanaku, cuya fundación, según Arthur Posnansky, se remonta al 10.000 a.C., hay raros símbolos que quizá son una especie de proto-jeroglíficos, pero el hallazgo más asombroso fue el monolito de Pakotia, una estatua antropomorfa de aproximadamente dos metros de altura, descubierta por Bernardo Biados y otros investigadores cerca al lago Titicaca, en el 2002. Después de analizar detenidamente la estatua, se encontraron insólitas inscripciones jeroglíficas tanto en las piernas como en la espalda de la escultura, muy parecidas a las cuneiformes de la Fuente Magna.
Según diversos investigadores, las inscripciones presentes en el monolito de Pokotia están en Sumerio y hablan de un oráculo, llamado Putaki, muy visitado en la antigüedad. ¿Es posible que los Sumerios hayan viajado hasta el lago Titicaca? Pero es probable que antiguos pueblos del Viejo Mundo llegaran a Suramérica en épocas remotas.
De todos modos, existen otras singulares semejanzas entre la lengua de los Sumerios y el Aimara (hablado por los nativos Colla de Bolivia) y el Quechua (la lengua de los Incas, hablada aún hoy en Perú). Lingüistas reconocidos sostienen que hay una base común entre los tres idiomas.
Otro descubrimiento importante es la denominada piedra de Oruro, ciudad situada a mitad de camino entre La Paz y Potosí. En la roca hay varios jeroglíficos dispuestos en modo regular al lado del perfil del rostro de un cacique o jefe indígena. Además, en las cercanías se encontró una piedra circular con extraños signos antiguos.
Efectivamente, también en Brasil hay indicios de una escritura arcaica, con ciertas similitudes a los caracteres sumerios, como lo mencionó el escritor Alfredo Brandao, en su libro Escrita pre-historica do Brasil.
Otros especialistas comparan el Quellca y el Rongo Rongo, la enigmática grafía usada en la isla de Pascua en tiempos remotos.
¿Es posible que el Quellca haya sido del todo prohibido durante los primeros años del siglo XVI y que los sacerdotes eruditos, a los cuales les estaba encargada la tarea de preservar las tradiciones con el fin de transmitirlas a la posteridad, lo hayan usado clandestinamente?

Es cierto que ya algunos lustros después de la llegada de los primeros españoles al sitio de Tiwanaku (el escritor Pedro Cieza de León estuvo allí en 1549), entre algunas clases de sacerdotes cultos se usaba una peculiar forma de escritura ideográfica que quizás derivaba del Quellca, pero que tenía muchos elementos simbólicos típicos del cristianismo, como por ejemplo cruces e iglesias.

 
¿Es posible que los archivos de los Incas, que no se encontraron nunca, estén escondidos en alguna parte de la selva? 

De hecho, las leyendas cuentan de un grupo de sacerdotes elegidos que se ocultaron en un lugar en las montañas situado a diez días de camino de Cusco, donde fundaron una ciudad igual a su capital, la cual estaba en manos de extranjeros intrusos en ese entonces. En esta misteriosa fortaleza, llamada Paititi (del quechua Paikikin, ‘igual a’), escondieron, además de grandes cantidades de oro, también los libros sagrados sobre su origen, escritos en Quellca, la clave de la verdadera historia del Nuevo Mundo.
YURI LEVERATTO

LOS TIPOS DE ESCRITURAS

LAS QUELLCAS o KILLKAS:
Es cierto que, a la llegada de los conquistadores, la única manera de comunicarse era por vía oral. No obstante, es posible que, entre la estrecha casta de los sacerdotes cultos incas, se utilizara un sistema de escritura arcaico, usado probablemente por la anterior civilización o por otras culturas amazónicas hasta hoy desconocidas. A esta enigmática forma de escritura se le dio el nombre de Quellca o Killka (grafía, en Quechua). Los escritores eran llamados “Quilcacamayoc
Los Incas así como los Huari poseían escritura llamada Killka que era lo que usaban para registrar la historia y la poesía."  En Ecuador el bastón de madera fue el soporte privilegiado de la Quilca, sobre el cual se escribían unas rayas pintadas con ciertas señales. Fue puesta en circulación por los Comisarios especiales del Inca, quienes recorrían las diferentes provincias del imperio para ser obedecidos, asimismo se señala que los cañaris del Ecuador precolombinota utilizaron con inscripción de rayas en báculos, no de madera, sino de oro y plata.

El termino quechua "Killka" significa "escritura" y no tiene nada que ver con los quipus sino con tablas pintadas en las que signos ideográficos se pintaban en grandes tablones enmarcados de oro para graficar la historia de las dinastías.

Lo evidente es que el vocablo quechua Quilca y el colla quellca equivalen a escritura. Titu Cusi Yupanqui y Huaman Poma de Ayala asi lo dan a entender aunque en forma muy indirecta. No ocurre igual con Fray Domingo de Santo Tomás en su vocabulario, quien deja constancia de la palabra quilca o quillca y ofrece sus derivados mas frecuentes:

Quillca: letra o carta mensajera
Quillca: libro o papel generalmente
Quillcana: escrivania
Quillcanigui o Quillcacunigui: pintar o escrivir generalmente
Quillcanigui: labrar una cosa con colores generalmente.
Quilcacamayoc: pintor generalmente
Quilcacamayoc: escribano o debuxador
Quilcasca: debuxada cosa
Quillcasca: esculpida cosa
Quilcacamaytosca: emboltorio como de letras
Quilcaquippo: libro de cuentas
Quilcascuni cunigui: leer letras o cartas
Quillcascayachac: leydo, que lee mucho.
La recopilación, hecha por Porras Barrenechea, también descubre el concepto de escritura en la Doctrina Cristiana impresa en Lima en 1584 por Antonio Ricardo, donde la palabra Quillca equivale a "papel, libro, scriptura, carta, pintura" y la voz Quillcacha a"escrivir, pintar". El vocabulario del jesuita Diego Gonzales Holguín de 1608 refuerza lo encontrado con otras cinco palabras:

Quellca: papel, carta o scriptura
Quellcacaricuk: el que sabe leer
Quellcacayachak: el que sabe escribir
Quellkasca: lo escripto y las letras aquellcascuna
Quellcani,qquellccani: escrivir, dibuxar, pintar.


El vocabulario de Francisco del Canto, en 1614, y el diccionario de Torres Rubio, en 1619, también coinciden en decirnos que Quellca equivale a papel o carta y qu Quellcani significa escribir o dibujar. Por todas estas razones Javier Pulgar Vidal insiste que los incas conocieron la escritura y para probarla ha organizado exposiciones de curiosos signos que lucen perfiles de letras, sílabas o palabras.     José Antonio del Busto. Perú Incaico

Éstas fueron depositadas más tarde en una gran sala del Qorikancha donde constituyeron una especie de biblioteca. Fue el Inca Pachacutec el que construyo el Puquin Kancha que era como una biblioteca o museo en el que se guardaban dichos tablones, y los quipus que solo sacerdotes y nobles podían consultar. Este edificio, única biblioteca de toda Sudamérica, fue quemada por las tropas quiteñas durante la invasión al Cuzco. Los hispanos solo vieron ruinas humeantes de esta maravilla.

Esta registrado Y documentado históricamente que una de aquellas piezas se salvo y fue enviada por el virrey Toledo al rey Felipe II de España, cuya carta dice a la letra: "recomiendo a Vd. esta curiosidad que no carece de interés".
Este único códice inca se perdió para siempre en el incendio del palacio real español en el que se perdieron también cuadros de Velásquez y Tiziano.
Algunos expertos ven en los Tocapus (símbolos geométricos en los textiles y en la cerámica) restos de las killkas y se han hecho concienzudos trabajos de descifrado, aunque dicha tarea tiene el obstáculo que como se sabe los nobles incas no usaban el mismo idioma que el pueblo. El quechua ha sobrevivido pero no la lengua elitesca que los nobles tenían para si, que según las crónicas un Hatun Runa o ciudadano común no podría entender.
Veamos aquí lo que sobre las Killkas dicen los historiadores:

Cristóbal de Molina, El cuzqueño, dice en “Relación de las fábulas y ritos de los Incas” año 1,569.

Y para entender el origen de sus idolatrías, porque no utilizaban escritura, tenían una casa del Sol llamada Poquen Cancha, que se sitúa cerca de Cusco, llena de pinturas sobre madera sobre la vida de cada uno de los Yngas y sobre las tierras que conquistaron y sobre su origen;" y entre estas pinturas habían reproducido la fábula siguiente. Etc.”
“El vigésimotercer día del dicho mes [de noviembre] transportaban la imagen del Sol, llamada Huayna Punchau, a la casa del Sol, llamada 'Puquin', que se situaba más o menos a tres tiros de arcabuz de Cusco. Se encontraba sobre una pequeña montaña y sacrificaban allí al Creador, al Sol, al Trueno y a la Luna, para que todas sus naciones multipliquen a su gente y que sus asuntos sean prósperos.”

“Era según Cristóbal de Molina, en la fiesta del Capac Raymi. Este último declara también que estas pinturas constituyeron su principal fuente de datos y que contenían toda la información sobre la gran inundación que, en una época extremadamente antigua, hizo perecer todos los seres vivos, y así sucesivamente.”

Bernabé Cobo indica que:

” Los quipucamayocs que informaron a Polo de Ondegardo en 1559, y que habían vivido en el tiempo de los Incas, fueron interrogados cuando se conservaban aún "los recuerdos de sus quipus y de sus pinturas", e indica que aludían especialmente a un templo específico, designado bajo el nombre de Pukín Cancha. Situado en la ciudad de Cusco, se conservaba aún una historia ilustrada de los Incas. Estaba “dibujada en una tapicería de vicuña" que el propio Jesuita vio, "no menos asombrosa y bien pintada que si lo hubiera sido en una fina tela de corte.”

Sarmiento de Gamboa dice en su “Historia de los incas” (1571-72)

"Agregóse a esto la grandísima diligencia del Pachacuti Inga Yupanqui, noveno Inga, el cual hizo llamamiento general de todos los viejos historiadores de todas la provincias que él sujetó, y aun de otros muchos más de todos estos reinos, túvolos en la ciudad del Cuzco mucho tiempo examinándoles sobre las antigüedades, origen y cosas notables de su pasados de estos reinos. Y después que tuvo bien averiguado todo lo más notable de las antigüedades de sus historias, hízolo pintar por su orden en tablones grandes, y dispuso en la Casa del Sol una gran sala, adonde las tales tablas, que guarnecidas de oro estaban, estuviesen como nuestras librerías, y constituyó doctores que supiesen entenderlas y declararlas. Y no podían entrar, donde estas tablas estaban, sino el Inga o los historiadores, sin expresa licencia del Inga

“Luego hizo ayuntamiento general de los más antiguos y sabios del Cuzco y de otras partes, y con mucha diligencia escudriño y averiguó las historias de la antigüedades de esta tierra, principalmente de los Ingas, sus mayores y mandólo pintar, y mando que se conservase por la orden que dije cuando hablé del modo que hube examen de esta historia”.

La Fé y Probanza del notario Álvaro Ruiz de Navamuel, en junta que se hizo con los indios principales para que opinasen sobre la Historia de Sarmiento:
 
“y que a los dichos padres y pasados oyeron decir que Pachacuti Inga Yupangui, noveno ynga, había averiguado la historia de los yngas que habían sido antes de él, pintándola en unos tablones, de donde también lo habían aprendido los dichos sus padres y pasados y dicheselo a ellos

E
n una carta fechada el 10 de marzo de 1,572, a Felipe II, se enviaron las informaciones junto con los paños pintados. Sarmiento de Gamboa, decía:

“ envié una muestra de la traza de la descendencia y genealogía donde vivieron y procedieron los incas tiranos, que fueron de estos reynos, con una probanza de la averiguación de este negocio que iba haciendo y prometía enviar esta probanza más extendida con la historia , también autenticada, juntamente con los paños de la pintura autorizada que ahora se llevan..."

En otras fuentes, recogidas en Cusco en 1582, por mandato del Virrey; Martin Henriquez, el mestizo Bartolomé de Porras y dos viejos Indios declararon que estas tablas fueron destruidas al final cuando los Españoles invadieron Cusco. Pero otros cronistas afirman que algunas de ellas fueron evacuadas secretamente, antes de su llegada y repatriadas algunas de entre ellas hasta el reino perdido del Gran Paititi

La gran sala de las tablas pintadas, de las que habla Sarmiento de Gamboa, podría ser considerada como una galería de pinturas, un museo o una biblioteca moderna. Dentro se encontraban conservados letreros de madera o tejidos de lana de vicuña que describían toda la historia de los Incas, las biografías de cada emperador, las tierras que habían conquistado y las viejas leyendas sobre los orígenes del Tawantinsuyu.

Se trata indudablemente de la famosa "universidad" de la que habla Fernando de Montesinos y que armó tanto escándalo en opinión de historiadores más serios. Otros cronistas, todavía poco aprovechados, mencionan la existencia de antiguos archivos policromos e históricos, situados en un templo, el Poquen Cancha, sobre una pequeña colina, o huaca, cerca de Cusco. Confirman las informaciones suministradas por los cronistas españoles Cristibal de Molina y Bernabé Cobo sobre el Cusco de los Incas.

Según ciertos autores del siglo XVII, como Fernando Montesinos en sus Memorias Historiales (1964), la escritura jeroglífica antigua, que era llamada Quellca y estaba impresa en hojas de banano, fue prohibida, por motivos desconocidos, a partir del gobierno de Pachacutec. Según varios investigadores, el Quellca derivó de las misteriosas escrituras de otros pueblos suramericanos u oceánicos.
Christian Duverfer resume muy precisamente esta problemática en un artículo publicado en Francia en la revista "La Historia", en octubre del 2005, titulado "¿Conocían la escritura los precolombinos?”

“Es tiempo probablemente hoy de reconsiderar la cuestión de la escritura en toda el área amerindia. Ya que, en los Andes, en el área del Caribe o incluso en Amazonía, lo que el ojo occidental hasta ahora no ha percibido más que como ornamentaciones de carácter decorativo corresponden según toda probabilidad a un código ideográfico listo para recuperar su antiguo estatuto de escritura”

La tradición oral y los testimonios de los cronistas parecen optar en favor de esta escritura. Los petroglifos de Pusharo nos revelan en cuanto a ellos una parte -aún incompleta!- de su alfabeto. Pero dan, por primera vez, una consistencia sólida a la existencia de este antiguo sistema de lo escrito.

LOS QUIPUS:

En el idioma de los Incas, el Quechua, la palabra Quipu quería decir ‘nudo’ y era sinónimo de ‘número’, ‘cuenta’.

Los Quipus eran un conjunto de cuerdas conectadas por nudos, usadas por los Incas para almacenar información. Se pueden definir también como una especie de registro contable.

El estadounidense William Burns ("Decodificación de Quipus") considera a la escritura incaica como marcas o "grafías" que se dejan en papel con pluma y tinta o algo parecido. Y si la escritura es vista como un "sistema para almacenar información", entonces se puede dar crédito a las bases de Burns, tales como cronistas como Cieza :

"Los quipus significaban diversas cosas y cuanto los libros pueden decir de historias, leyes ceremoniales y cuentas de negocios"; o Huáman Poma : "Los escribanos asentaban todo en el quipu con tanta habilidad que las anotaciones resultaban en los cordeles como si se hubieran escrito con letras"
.
Para Burns hay una relación acrofónica entre el sistema decimal, empleado por los antiguos incas, con grafías (k'elkas) de características geométricas que equivalían a 10 consonantes. En su libro aparece un dibujo de Huamán Poma, Wiracocha Inca con un tokapu de signos geométricos. Siguiendo la técnica de Burns se lee: "Urku podrido Inca. Regresa a donde estabas antes. Haz Inca al hijo que viene después. Es hombre" ("Inka urku utu inka. Ripui, rurai Inka apa karim").
 

La afirmación anterior de William Burns, de que los incas tuvieron escritura alfabética, aunque con cierta base, también podría causar confusión respecto a la naturaleza real de los quipus.

La escritura de los quipus no estaba basada en la unidad alfabética sino en arreglos de categorización cruzada. Es decir conjuntos organizados de datos numéricos correspondientes a categorías. Estos números podían representar cantidades de objetos, ser etiquetas de otras cosas o simplemente formalizar información con patrones regulares de comportamiento. En ese sentido, antes que a textos de lenguaje, los quipus se parecían mas a recibos de un supermercado, formularios de declaraciones de impuestos, presupuestos familiares, rosarios, calendarios astronómicos, calendarios religiosos, relación de tropas de una determinada región, instrucciones para interpretar una composición. musical.

De hecho, las "Capaccuna" (Listas de gobernantes) incluían casí siempre en el mismo orden (véase Huamán Poma) un resumen de sus rasgos de carácter, el nombre de la Colla (esposa principal), la cantidad de años que gobernó, sus principales acciones, etc. Pero todo ello, a pesar de sus sofisticación, no es lenguaje en el sentido alfabético.

Estas observaciones aparecen en: "Mathematics of the Incas : Code of the Quipu", resultado de 30 años de investigaciones de Robert y Marcia Ascher, ahí se pueden leer los análisis de 191 quipus por parte de los autores.

Los quipus existieron antes de los incas, ya en Caral (3000 a.c) se han encontrado quipus, en la exposición que se hizo de caral podía verse un quipu encontrado casi en perfecto estado, por lo tanto tenemos q pensar que el quipu fue usado en todo el área pan andina desde tiempos inmemoriales.


La gran mayoría de cronistas afirman que si ellos hubiesen querido saber mas acerca de todo cuanto habían vivido y creído los naturales del tawantinsuyu pues hubiesen obtenido fácilmente esa información de los quipus, absolutamente todo cuanto hubiesen querido saber estaba registrado en aquello quipus, los españoles se sorprendían de la exactitud de los datos que podían recordar los naturales descifrando sus quipus, se sorprendían que mediante nudos los quipucamayoc pudiesen contarles todo cuanto se refería a su historia, que en tal guerra murieron tantos, que en tal época algún desastre natural mato a tantos, que así fue la historia de como los incas los anexaron, etc., claro esta que a los cronistas de la primera época poco o nada les importaba aquello, pero dejaron muy bien documentado que si ellos hubiesen indagado les hubiese sido posible reconstruir toda la historia en base a los quipus.

Algunos historiadores nos hablan de los Quipos:

SARMIENTO DE GAMBOA:

"...para conservar sus historias y hazañas y antigüedades y los números de las gentes, pueblos y provincias, días, meses y años, batallas, muertes, destrucciones, fortalezas y cinches. Y finalmente las cosas más notables, que consisten en número y cuerpo, anotábanlas, y ahora las anotan, en unos cordeles, a que llaman quipo, que es lo mismo que decir racional o contador ... Es cosa de admiración ver las menudencias que conservan en aquestos cordelejos, de los cuales hay maestros como entre nosotros del escribir. "

CRISTOBAL DE MOLINA:

“...no obstante que usaban de una cuenta muy sutil de unas hebras de lana de dos nudos, y puesta landa de colores en los nudos, los cuales llaman quipus. Entendíase y enriéndese tanto por esta cuenta, que dan razón de más de quinientos años de todas las cosas que en esta tierra en este tiempo han pasado”. «...no ser gentes que usaron escritura, porque si la usaran no tuvieran tan ciegos y torpes y desatinados errores y fábulas, no obstante que usaban de una cuenta muy sutil de unas hebras de lana de dos nudos, y puesta lana de colores en los nudos, los cuales llaman quipos»

MIGUEL CABELLO DE BALBOA:

"...Así como las demás gentes del Mundo tuvieron instrumentos, y artificios para guardar y retener sus memorias y cosas dignas de ellas, así también nuestros Yndianos no carecieron de esta industria y habilidad." "...y había oficiales tan expertos en esta manera de conocer y anudar como hay entre nosotros Escribanos, y contadores liberales. Estos eran ciertos Yndios informados en aquel menester de sus mayores, y desde muchachos se criaban en ello..."
“y doctos en aquel arte que con facilidad daban cuenta de lo que les preguntaba en cosas tocantes á sucesos pasados de casi tiempo de 800 años."

PADRE ACOSTA:

"Es increíble lo que en este modo alcanzaron, porque cuanto los libros pueden decir de historias, y leyes, y ceremonias y cuentas de negocios, todo eso suplen los quipos tan puntualmente, que admiran. Había para tener estos quipos o memoriales oficiales diputados, que se llaman hoy día Quipocamayo, los cuales eran obligados a dar cuenta de cada cosa, como los escribanos públicos acá, y así se les había de dar entero crédito." "Fuera de estos quipos de hilo tienen otros de pedrezuelas, por donde puntualmente aprenden las palabras que quieren tomar de memoria, y es cosa de ver a viejos ya caducos con una rueda hecha de pedrezuelas aprender el Padrenuestro, y con otra el Avemaría, y con otra el Credo,... y no hay más que verlos enmendar cuando yerran, y toda la enmienda consiste en mirar sus pedrezuelas...”

HUAMAN POMA DE AYALA:

"Los escribanos asentaban todo en el quipu con tanta habilidad que las anotaciones resultaban en los cordeles como si se hubieran escrito con letras"

.Los primeros estudiosos que intentaron comprender científicamente cómo los Incas utilizaron los Quipus, fueron Leland L.Locke del Museo de Historia Natural de Nueva York y Erland Nordenskiold.
De 1923 a 1925 reunieron y analizaron 68 ejemplares de Quipus.

A partir de datos obtenidos por los historiadores de los siglos XVI y XVII, se deduce que los Incas adoptaron un sistema de numeración decimal formado por nudos simples y compuestos. El Inca Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales (1609), refirió que los Quipus eran cuerdas entrelazadas que se fijaban perpendicularmente a una cuerda central. Según él, los nudos eran de tres tipos: simples, dobles y compuestos, y servían para simbolizar números.

 
Normalmente, para representar una cifra, se utilizaban tres tipos de nudos: los más cercanos a la cuerda horizontal de base eran las centenas, los del medio indicaban las decenas y los últimos, las unidades.
En 1912, Locke sometió a profundos análisis al Quipu B8713, el cual aún se conserva. Este Quipu está constituido por 24 cuerdas en series de 6 grupos. Cada uno de estos tiene una cuerda correspondiente que se extiende en el sentido opuesto al de los mismos, cuyo valor coincide con la suma total del conjunto, aunque se represente con diferentes nudos.

 
Por ejemplo, en el primer grupo hay 4 cuerdas: la primera no tiene ningún nudo (valor cero), la segunda tiene uno en el medio (valor 10), la tercera tiene un nudo con seis vueltas ubicado abajo (valor 6), y la cuarta tiene un nudo más abajo (valor 1). Por lo tanto, el valor total es 17. Todo eso corresponde con la cuerda puesta en sentido contrario, la cual tiene un nudo en el medio (valor 10) y otro de siete vueltas localizado abajo (valor 7). Por consiguiente, la suma global es 17.
En base a estos estudios, se puede concluir que los Quipus servían como objetos para contar o bien para almacenar informaciones numerales. Sin embargo, hay varias teorías y suposiciones que sostienen que los Quipus no fueron usados sólo para simbolizar los números, sino también ideas complejas e informaciones generales sobre la naturaleza de las cosas enumeradas, por ejemplo, productos agrícolas o animales.

Según GARCILASO DE LA VEGA, eran los colores (y sus combinaciones) los que daban un significado extra-numeral a los Quipus. Sus declaraciones fueron confirmadas por la investigación arqueológica, que comprobó la existencia de Quipus blancos, azules, amarillos, negros, rojos, verdes, grises, marrones e incluso con tonalidades diferentes. También la posición en las cuerdas y la distancia entre ellas eran muy importantes para el significado de lo que se quería expresar. Todavía según Garcilaso, los Quipus se utilizaban en los censos demográficos: las cuerdas de cierto color denotaban los ancianos, mientras que las de otras tonalidades se referían a los adultos y a los niños.

Asimismo, se cree que la manera en que las cuerdas estaban anudadas entre ellas podía representar una idea abstracta. Por ejemplo, una cuerda cuyos nudos estuvieran volteados hacia la derecha o la izquierda podía dar la idea de bueno o malo, inteligente o estúpido, fuerte o débil. Las personas que se ocupaban de descifrar o interpretar los Quipus se llamaban, durante el imperio de los Incas, Quipucamayos. Probablemente eran funcionarios eruditos que hacían parte de la casta alta del gobierno.

WILLIAM Burns es un inglés de 80 años que ha vivido casi la mitad de su vida en el Perú, primero ejerciendo como ingeniero textil y administrador de empresas, luego adentrándose en el mundo prehispánico con la finalidad de resolver una pregunta:

¿Cómo es posible que los incas, con todos sus logros culturales, arquitectónicos y administrativos no hayan logrado desarrollar la escritura?

Así fue que inició sus investigaciones en torno al tema que materializó en un primer libro titulado "Escritura secreta de los incas" (1979). Después seguirían "Yupana, ábaco peruano" (1981), "El Kipu 17/8826" (1984), "El tiempo en el antiguo Perú" (1986) y "Legado de los amautas" (1990). Todo ello le valdría ser calificado por Javier Pulgar Vidal como "el científico que más ha contribuido a encumbrar nuestra cultura de todos los tiempos". Así, nos ofrece en su nueva publicación titulada "Decodificación de Quipus" en la que demuestra que sí existió escritura en el Incario, pues estos artefactos no sólo sirvieron como registro contable sino que incluso fueron receptáculos de poemas.

La serie de aproximaciones que lo llevaron a esta conclusión se inicia comprobando que los quipus debían operarse a través del sistema decimal. "A partir de este criterio -como lo explica el Dr. Virgilio Roel Pineda- quedó planteado otro problema, relativo al descubrimiento de las grafías de un alfabeto de sólo 10 signos y no de 28 ó más letras, como los que hoy se emplean en las lenguas occidentales. Para resolver este punto, Burns excluyó de su modelo de representación a los sonidos vocales, al modo de las escrituras hebrea y arábiga, que operan (...) sólo con consonantes. Hecho esto, Burns fue reduciendo el número de los signos consonantes excluyendo a los de similar sonido".

De esta manera determinó 10 consonantes que adquirieron significado al relacionarlas con los colores de los hilos de los quipus y los signos geométricos que aparecen en los dibujos que acompañan la "Nueva Crónica y Buen Gobierno" de Felipe Guamán Poma de Ayala, arrojaban un coherente sistema escritural. Como prueba de este sistema escritural, el libro nos ofrece el estudio y decodificación de 10 quipus.

De esta manera, Burns concluye una parte de su proyecto de 25 años iniciado a finales de los 70's, que tiene como finalidad devolverle al Perú algo que es suyo: su escritura.

EL QUIPU REGAL:
Laura Laurencich Minelli
Espéculo. Revista de estudios literarios. 2003 / Universidad Complutense de Madrid.
El capacquipu o quipu regal, explica Valera, es un tipo de quipu utilizado por los Incas y los amautas para comunicarse con los dioses y guardar los secretos de su gente: su característica es que en cada pendiente lleva insertado un ideograma textil dicha palabra clave o ticcisimi. 
Consta de 2 partes una, que denominamos Oliva I, en 1637 y la otra, Oliva II, en 1638 a las cuales el mismo P.Anello añade el fragmento de un quipu anómalo, el quipu regal textil Sumac Ñusta, que el dice haber hallado en la huaca de Acatanga, y el mismo quipu regal Sumac Ñusta entero, pero pintado sobre tres media fojas de papel, con la firma de Blas Valera.
En este tipo de quipu la lectura fonética del ideograma domina sobre la lectura conceptual del mismo: por ej. el ticcisimi Pachacamac no indica solo el dios costeño pero mas bien la lectura fonética y silábica del mismo ticcisimi que suena: PA-CHA-CA-MAC mientras que los nudos atados por debajo de cada palabra clave son los indicadores de silaba (por ej. tres nudos debajo del ticcisimi Pachacamac indican que hay que leer solamente la tercera sílaba, CA). Al mismo tiempo la lectura conceptual del ideograma tiene su significado porque escribiendo la misma sílaba CA, pero con el ticcisimi CHA-CA-TA que significa cruz, proporciona un valor conceptual algo distinto a la silaba misma cuando escrita con el ticcisimi PA-CHA-CA-MAC, es decir la conecta a la cruz de las cuatro direcciones.

Todo esto permite una « escritura » fonética silábica que ya describí (Laurencich-Minelli 1996:65-119, 2003). Escritura con la cual, a través de complejos pasajes indicados por el P.Blas había que alcanzar el número que corresponde a cada canto o un múltiplo de eso (Laurencich-Minelli 2003c).

El primer canto sacro quechua que transcribe es Yayallay: en este canto el joven Inca alumno de la escuela de la nobleza yachahuasi pide muchos hijos de su sangre real a los tres dioses Yllapa,Ynti y Pachacamac(Valera 1618:c.5v) pero al mismo tiempo afirma que Pachacamac no tiene ni principio ni fin; se dirige también a la Pachamama que estos dioses preñan.

El canto Pichca punchau (cinco días) nos deja entrever trazos de cosmogonía quinaria (el maíz brota al quinto día, el Sol alumbra al quinto día, el muerto se transforma en una mosca a los cinco días, el dios Pariacaca manda de las cincos regiones del cielo): en este canto parece que el dios mas importante es en cambio Pariacaca.
El canto Pachamama narra como Pachamama fecundada por Ynti, Illapa y Pariacaca manda la lluvia fertilizante a la tierra. Valera afirma en EI que fue Tupa Inca Viracocha a transformar el canto Pachamama en el canto Sumac Ñusta. Al comparar el canto Pachamama con el canto Sumac Ñusta (ver Figura 1) resulta en este último que la diosa Pachamama actua a través de la Ñusta Sumac y que Pariacaca ha sido substituido con Viracocha-Pachacamac de los cuales ya no se dice que preñan la diosa pero hacen que la unión con su hermano proporcione fertilidad al mundo. Sin embargo Blas Valera cuenta, en EI, que Viracocha ha sido elevado al rango de dios por Topa Inca Viracocha “que se auto nombró Viracocha por un sueño fantasioso en el cual un fantasma le hubiera revelado su futuro. Por lo tanto el canto se entramó como Sumac Ñusta hasta mis tiempos, pero en realidad era dedicado a Pachamama”3.

De acuerdo a lo que escribe Valera, parece que en sus tiempos se daban todavía cuenta de la génesis del culto a Pachamama que dio origen a lo de la Ñusta Sumac y de lo al dios Pariacaca que asumió y se dilató en Viracocha-Pachacamac, como resulta comparando los dioses del canto Pachamama con los dioses del canto Sumac Ñusta.

En otras palabras analizando los cantos arriba mencionados parece que los Incas veneraban una triade de dioses muy importantes en el cielo: Yllapa, Ynti y Pariacaca y que este ultimo asumió luego en si mismo a Pachacamac-Viracocha. En la tierra la diosa mas importante es Pachamama que luego se personificó en Sumac Ñusta hermana de Ynti y de Yllapa (ver canto Pachamama) que tenia que ser preñada por sus hermanos pero también por Pariacaca. Solo Pachacamac es dicho haber sido sin principio y sin fin. Al mismo tiempo resulta que quien manda sobre las cinco regiones del cielo (cuatro y el centro) es Pariacaca (ver canto pichca punchau), regiones que se conectan con la tierra-Pachamama solamente a través del acto sexual de estos dioses con la diosa Pachamama.

Es decir, a la luz de estos cantos, se puede tal vez intentar delinear el sincretismo efectuado por los Incas: Pariacaca (diós principal de los Andes Centrales) puede haber sido puesto a un lado por el diós Viracocha en la época de Topa Inca y que talvez para reforzar el poder religioso de la dinastía, el mismo Inca le dió a la Ñusta Sumac parte del sacro poder de Pachamama; luego, durante el mando de Pachacuti cuando los Incas conquistaron el templo de Pachacamac, puede ser que asumieron también a Pachacamac, dios principal de la costa. Esta es solamente una hipótesis que hay que investigar ulteriormente teniendo presente no solo que Garcilaso de La Vega (1963:177) en cambio dice que Pachacamac era venerado por lo Incas aun antes de la conquista de su templo pero también no hay que olvidar que los evangelizadores pueden haber contribuido a este sincretismo presentando a los Andinos el Dios cristiano eterno y creador, cuya figura puede haber influenciado la de Pachacamac que los cronistas nos proporcionan, como por ej. el P. Acosta en su Historia Natural y Moral de las Indias (1954[1590] :141) afirma que los Incas tenian conocimiento de Dios pues adoraban a un Ser supremo, Señor y Creador del Universo al cual le atribuyen el nombre de Viracocha y al mismo tiempo el de Pachacamac o Pachayachichic que quiere decir criador del cielo y de la tierra y que es semejante al Ignoto Deo que San Pablo dice haber sido venerado en Atenas.

De todo modo los números sacros, ya sea “escritos” en forma ideografica en los tocapu ya sea en forma de nudos atados a un quipu numérico permiten, de acuerdo a EI, a los dioses y a las fuerzas cósmicas de interconectarse entre sí mismos y de responder a las oraciones de la nobleza inca no cada uno en forma aislada pero como un conjunto de dioses concatenados uno con otro: es decir me parece que, de esta manera, el hombre se sentía mas protegido contra eventuales “locuras” de uno que otro dios.

Bajo este enfoque, me parece que la misma esmerada contabilidad de los Incas sobre los tributos y los censos de las personas, tenía no solo un fin administrativo pero también sacro en cuanto los números que producía eran también dioses: a la nobleza la tarea de comprenderlos, es decir entenderlos y rogarlos de la manera aprendida en la escuela de la nobleza yachahuasi : eso, de acuerdo a lo indicado por Valera en EI, incluía el canto, la silabación, el sonido de la flauta, el capacquipu, el quipu numérico, la yupana y los secretos de la religión inca. Además de EI resulta por un lado que toda la cosmogonía, en el mundo Inca, se podía sintetizar en números y por el otro lado, que los medios que se utilizaban para transformar el mundo en números, como el capacquipu, la yupana y el quipu numérico eran también parte de la cosmogonía: sin embargo, dice Valera (1618:add.II), que el quipu regal simboliza los rayos de Ynti en sus pendientes, el lenguaje de los dioses en sus ticcisimi, los cerros en sus nudos, y el arco iris en los colores. Cada canto sacro «escrito» con el capacquipu, sigue Valera en EI, contenía en sí mismo la música que bajaba del Hananpacha que el amauta lograba oír gracias a la flauta de Pan con la cual él acompañaba la lectura cantada del capacquipu mientras que con el ábaco o yupana efectuaba los cálculos para transformar el canto en números. La yupana misma, sigue EI, no servía solamente para contar, sino que representaba a Pachamama con sus huacas masculinas y femeninas (evidenciadas por las piedritas negras y blancas): es decir el P. Blas proyecta también el ábaco sobre la tierra civilizada y divina del Tahuantinsuyu, la Pachamama, que por lo tanto había que considerar como una geo-yupana sagrada. En la yupana-Pachamama, sigue Valera, elamauta recogía el amaru destructor para transformarlo, gracias al canto y a la flauta, en el kamaq y de tal manera devolverlo al hananpacha a través de las pendientes del capacquipu.

Lo que no me parece raro en un imperio como el Tahuantinsuyu que era considerado divino y regido por un rey divino: más bien eso otorgaba no solo sacralidad al campo administrativo pero al mismo tiempo los dioses-números, que el Inca, los amautas y los camayoc lograban formular y hacían circular con sus operaciones, proporcionaban unidad y equilibrio al imperio.

En otras palabras EI nos deja entrever que el mundo andino adoraba un conjunto de dioses y de fuerzas cósmicas congruentes, representados por símbolos y al mismo tiempo por números que, gracias a los cálculos que se podían ejecutar, estaban en un continuo fluir entre el cielo y la ordenada tierra del Tahuantinsuyu, fluir que era regido por el Inca y los amautas con sus prácticas religiosas de manera que el amaru destructor se transformara en elkamaq: fluir que permitía a los dioses-números de coordinarse y conectarse no sólo entre ellos mismos sino también con los números sacados de actos administrativos, de conquistas, de censos que perteneciendo a un imperio sagrado eran sacros y contenían en si mismos a los dioses números y a las fuerzas cósmicas divinas.

Las « escrituras » ya sea la ideografica en forma de tocapu, ya sea la ideografica-fonetica-silabica del capacquipu, ya sea la de los quipus numericos, ya sea la de las yupanas no solo estan interconexas entre sí mismas y unas utilizan partes o micropartes de la otra (como por ej. cuando un mismo ideograma es utilizado en el capacquipu y en forma más o menos parcial en varios tocapus) pero son sagradas al igual que los mismos instrumentos utilizados que reproducen en tamaño pequeño la tierra civilizada de los Incas.


LOS TOCAPUS:

Se denomina así a la decoración de los tejidos basada en series de cuadrados con dibujos en su interior. Algunos expertos consideran que las series de motivos de cada tocapu equivalen a un lenguaje jeroglífico.

 El uso del tokapu era exclusivo de reyes, como se puede observar en la secuencia de imágenes de abajo. La confección y calidad de la tela fue exclusiva: se utilizó solamente los cumbis más finos y se instruyó su elaboración a las mamacuna de los acllahusi, quienes se dedicaban al tejido destinado al inca, a las imágenes del culto y a los sacrificios.

Los tokapu se puede entender como emblemas, como sistemas de graficación de parentesco tanto personal como familiar que permite identificar a un grupo étnico originario. Es decir que a través de sus elementos característicos se puede identificar la genealogía, el linaje y el clan de un grupo étnico determinado.

Los tocapus eran unos diseños textiles que, dependiendo de los colores, las figuras y la combinación de estas creaban todo un lenguaje escrito. Estos tocapus no solo se empleaban para transmitir el idioma sino que también se usaban matemáticamente. A causa de su dificultad, se necesitaban varios años de estudio hasta poder leer con facilidad; por esto solo se lo podían permitir los grandes dignatarios o los sacerdotes del pueblo aimara.
Los incas aparte de los Quipus utilizaron Tocapus para registrar datos, sobre todo históricos. Se encontraron Tocapus en tejidos, sobre vasos (también para ceremonias rituales) y tallados en madera. No se sabe mucho sobre su significación, hasta hoy día no se han podido descifrar totalmente. Solamente pocos Tocapus han sido conservados sobre todo en tejidos.


“Escrituras que fueron encontradas en diversos materiales, desde piezas de cuero de llama…En Chuquisaca, en la localidad de San Lucas todavía está vigente la escritura ideográfica, la misma que representa ideas por medio de figuras moldeadas de arcilla o símbolos, cada una independiente y pegadas a un disco de arcilla…
Se lee empezando de afuera hacia adentro en el mismo sentido de ubicación de las figuras para terminar la lectura en el centro con dos palitos paralelos que indican el fin…Esta escritura ideográfica representa rezos católicos en idioma quechua muy difundido en este territorio.” pregunta fundamental: ¿De dónde provino esta escritura ideográfica? ¿Los Incas habrían usado este tipo de escritura?.
La tradición oral y los testimonios de los cronistas parecen optar en favor de esta escritura. Los petroglifos de Pusharo nos revelan en cuanto a ellos una parte -aún incompleta!- de su alfabeto. Pero dan, por primera vez, una consistencia sólida a la existencia de este antiguo sistema de lo escrito.

Examinemos ahora de más cerca los signos "ideográficos" observables en la pared del Sector I-A y los del Sector II de Pusharo. ¿Estos glifos podrían constituir los testigos de una antigua escritura precolombina, cuya existencia parece estar atestiguada por las tradiciones indias?

Ejemplo de tocapus incas (primer línea) y sus equivalentes en el Sector I-A de Pusharo (segunda línea). © Thierry Jamón 2007

Se observa en efecto, en numerosos lugares de la pared del Sector I-A de Pusharo, la presencia de figuras geométricas, a menudo repetitivas, que evocan los signos ideográficos de un antiguo alfabeto cuyo sentido se habría perdido. Se trata, en particular, de signos simples o complejos, ya mencionados en las páginas anteriores, y de otros que recuerdan vagamente letras de la escritura latina. En la pared del Sector II, decenas de otros glifos, incluidos en "cartuchos", parecen remitir más directamente a un antiguo sistema escriturario.

Ejemplo de tocapus incas (a la izquierda) y su equivalente visible en el Sector II de Pusharo (a la derecha). © Thierry Jamin,2007

Algunos de estos glifos recuerdan muy a menudo los tocapus, observables sobre las cerámicas o los tejidos incas. Considerados como una de las especificidades de la cerámica y de los textiles fabricados en la época del Tawantinsuyu, los tocapus son formas geométricas constituidas de pequeños cuadrados que contienen otras figuras geométricas, muchas veces repetitivas. Mucho tiempo se ha querido ver en estos motivos sólo simples formas decorativas con cualidades puramente estéticas. Desde hace varios años sin embargo, los tocapus son objeto de estudios iconográficos con el fin de determinar su papel exacto en el contexto social andino.

La diez « letras » descifradas por William Burns Glynn, de las cuales algunas se asemejan a símbolos visibles en la pared del Sector I-A de Pusharo.

1.                 JUNK : J
2.     YSKAI : LL, W, Y
3.     KIMSA : M
4.     TAWA : T
5.     PICHKA : R
6.     SOKTA : S
7.     KANCHIS : K, C, G, Q
8.     PUSAK : P
9.     ISKON : N, Ñ
10.   CHUNKA : CH
© Thierry Jamin, 2007

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Algunos especialistas, como Peter Eeckhout y Nathalie Danis, emiten hoy la hipótesis que podría tratarse de un antiguo sistema escriturario prealfabético o ideográfico, cuyo origen podría remontarse a una época anterior a la época inca

Mientras que la interpretación de los  quipus ha avanzado notablemente durante esta última década, en particular gracias a los trabajos de Gary Urton y de Salomón, la comprensión de los motivos abstractos incas queda ampliamente aún por emprender. Basándose en parte en los dibujos de Guamán Poma de Ayala, algunos criptólogos, como el Inglés Williams Burns Glynn, piensan haber establecido "conexiones" entre las diez cifras del lenguaje quechua y diez formas consonantes, sugiriendo que los Incas utilizaban verdaderamente una forma de escritura alfabética. Se considera muy a menudo a William Burns como a un "Champollion del Perú", que gracias a sus trabajos, ha hecho avanzar más que cualquier otro la idea de la existencia de un sistema escrito contemporáneo a los Incas.

Otros símbolos abstractos presentes en la pared del Sector I-A de Pusharo. © Thierry Jamin, 2007.

Por su parte, la historiadora americana Rebecca Stone-Miller intenta interpretar algunos tocapus con forma de dameros sin por ello demostrar un vínculo real entre estos signos abstractos y el idioma quechua

El análisis de los tocapus reactivó el debate sobre la existencia de una antigua escritura sudamericana y constituye desde hace unos diez años uno de los puntos centrales de los estudios andinos, en particular en la Universidad San Antonio Abad de Cusco



LOS PALLARES:

Es una semilla de fríjol; su película suave y duradera permite el pintado o la inscripción de signos. La escritura ideográfica estaba asociada a dinámicos corredores mas conocidos como chasquis. Concretamente, fueron los chasquis quienes portaban los pallares en  pequeñas bolsas hacia diferentes destinos. Larco Hoyle distingue entre pallares que estuvieron pintados, dibujados y los que tuvieron hendiduras e incisiones, para lo cual se utilizaron diferentes tipos de punzones.


LITERATURA INCAICA:

No han quedado textos literarios escritos de los incas. Han subsistido algunas tradiciones orales y algunas transcripciones realizadas por los conquistadores españoles.

No tuvieron sistema de escritura ideográfica.
La poesía incaica o quechua tenía como temas las plantas, las flores, los animales, debido a sus actividades agrícolas.
Sus poesías se acompañaban con música y baile.
El poeta oficial de la corte era el amauta. El poeta popular se denominaba Haravec.

El Wawaki era entonado en las fiestas de la luna por coros juveniles.
El Yaraví era poesía lírica de tema amatorio.
El Hahuay era un lamento.
El Triunfo era un canto al trabajo o a la victoria.
El Huaino tenía carácter erótico.
El Aymoray era una poesía de inspiración rural

Volviendo a la literatura inca, es importante destacar que no ha quedado ningún registro escrito de sus textos literarios. Los incas no contaban con un sistema de escritura ideográfica, sino que utilizaban los quipus.  El sistema de los quipus permitía, por ejemplo, llevar la contabilidad del imperio, aunque no era útil para expresar ideas abstractas.

Por lo tanto, los testimonios de la literatura incaica que se conservan en la actualidad pertenecen a su tradición oral y a las transcripciones realizadas por los conquistadores españoles o a sus cronistas como Cristóbal de Molina conocido como El Cuzqueño), el INCA Garcilaso de las Vega y Felipe Huaman Poma de Ayala.

La poesía de los incas se concentro en aspectos religiosos y profanos. Por la parte religiosa, los poemas estaban dedicados a sus dioses mayores: PACHACAMAC y VIRACOCHA. En el aspecto profano tocaban temas casi siempre líricos: El amor, la belleza, el heroísmo….

Como dato curioso se tiene que los incas desarrollaron el teatro, rama que no poseyeron otras culturas. El teatro incaico consistía en espectáculos dialogados acompañados de danza y pantomima.

El OLLANTAY es el drama mas famoso que nos legaron los incas y fue descubierto en 1837. Aunque se ha discutido su origen y su autoría, pues se habla de un ollantay de elaboración indígena y de un ollantay mestizo, el redactor del manuscrito mas conocido de este drama es el cura cuzqueño Antonio Valdés cuya autoría es difícil de sostener si se tiene e cuenta que hay un manuscrito anterior de 1835. El Ollantay es una historia de amores prohibidos entre el jefe rebelde y Cusi-Coyllor. Tras muchas circunstancias la historia termina con un final feliz, que muestra a un nuevo y más tolerante Inca Túpac Yupanqui quien perdona a los amantes. La obra compuesta en octosílabos quechuas, tiene tres actos.

Sigue segunda parte fotos y formas de escrituras.