EGIPTO UNA COLONIA ATLANTE
Compilado y reestructurado por el Dr. Fernando Durand Mejía de:
FUENTES: http://www.bibliotecapleyades.net/egipto/esp_egipto_colonia.htm y de http://www.prysmax.com/forum/ciencias-infinitas/39725-descienden-mayas-y-egipcios-de-los-atlantes.html
Los Egipcios, a un lado del Océano y los Mayas e Incas al otro, son los últimos supervivientes de la raza Atlante, que antaño poblaban un inmenso y poderoso continente en medio del Océano Atlántico . La Atlántida, gran Continente y Civilización, según Platón "la isla tenía una dimensión superior a Libia (África en la actualidad) y Asia juntas".
El investigador y fotógrafo Francés, Auguste Le Plongeon quien era masón, ya en el siglo XIX cita trece signos Mayas que son idénticos a los empleados en Egipto, además según los datos actuales de la Egiptología, estos 13 signos Mayas una vez descifrados, tienen exactamente el mismo sentido (significan lo mismo) que los signos Egipcios.
fotografía y una clínica médica sobre la base de una primera forma de
Auguste Le Plongeon
Los Guaraníes, que viven en Paraguay, tienen el mismo sistema de escritura que los Egipcios "dato curioso y a tener en cuenta"
Los antepasados de los Egipcios y Mayas, no son otros que los "Atlantes" fuertemente impregnados por las costumbres y culturas salidas de la Atlántida, que después del cataclismo emigraron unos hacia África y otros hacia América.
Como explicar de otro modo las similitudes, que la mayoría de veces son sorprendentes, entre las concepciones Religiosas, Astronómicas y Arquitectónicas en general de las civilizaciones, Egipcias, Sumerias, Olmecas, Toltecas, Incas y Mayas.
Los sumerios hablan de los Annedotus, que venían del mar, y que enseñaron a sus antepasados las artes de la civilización. Los egipcios se refieren a Osiris, los griegos a Prometeo, y los aztecas a Quetzalcóatl.
Conocido es, que los descendientes de los Mayas, conservan una tradición acerca de una isla llamada AZTLAN, según ellos la patria madre de todas las tribus, indígenas Centroamericanas.
En las Riberas del Nilo y en las atormentadas llanuras del Yucatán, cuna del antiguo Imperio Maya, se exhuman los mismos signos misteriosos, Arabescos, diseños complicados, cuadros rectangulares. Se vuelven a encontrar los mismos motivos en las pinturas murales, los mismos adornos, el mismo animal sagrado, el escarabajo, se encuentra con idéntica naturalidad y frecuencia tanto en el frontón de un templo Maya, como en un templo Egipcio.
El jefe Hopi de Arizona, le comentó al director de estudios y proyectos de la N.A.S.A., quien era y de donde procedían sus antepasados: "Nosotros procedemos de un continente ya desaparecido, que sacudido por las guerras y tras un gran cataclismo se hundió, los que consiguieron salvarse, lo hicieron gracias a los Katchinas, que los sacaron y los transportaron en sus escudos voladores" Interrogado por esos Katchinas, este también le comentó que eran: "seres algo extraños y con más peculiaridades, podían incluso engendrar hijos a las mujeres, sin tener contacto sexual con ellas..."
Según reza en la creencia Egipcia: "Nuestros padres eran seres extranjeros venidos de muy lejos, ellos nos trajeron un gran tesoro, el legado de la sabiduría, con la escritura, el cultivo y la construcción"... Entre otras muchas cosas... Sí cambiamos de continente, nos encontramos lo siguiente: "Oh, grandes padres, que después de haber sembrado frutos escogidos sobre un planeta árido e inculto, nos habéis abandonado, como flores sin rocío..." "Guardianes de una tierra en crecimiento, llegue hasta vosotros este canto de espera y dolor..." "Las mieses ya están maduras, los árboles han crecido y han producido en abundancia... " "Nuestro deber ha terminado." "Los hijos de nuestros hijos, nacidos en el surco de una tierra extranjera, olvidarán (pudiera ser) vuestra promesa..." "Pero nosotros, fruto de la sabiduría llegada del cielo, no hemos borrado de la mente el rostro de los padres." "Y cada día y cada noche que este planeta concede, escrutamos atentos las nubes..." "Esperando veros volver sobre los carros de fuego, a recoger lo que habéis dejado." (Ancestral canción Quechua).
El doctor Paul Schliemman, hace aquí una de las narraciones más notables y fascinadoras que jamás se han publicado de un descubrimiento.
La Atlántida es el legendario continente mencionado por el filósofo griego Platón. La Atlántida según su historia, fue el hogar de una gran raza civilizada que conquistó y colonizó el mundo.
"Llegó a ser la Atlántida, una nación tan poderosa que, en el transcurso de cientos de miles de años, conquistó al mundo, colonizó a Egipto, las costas occidentales de África y Europa, Centro América, con los contornos del Golfo de México, valle de Mississippi y costa del Pacífico; el Mediterráneo, el Báltico, el Cáucaso, el Mar Negro, etc...”
En 1,890, muere en Nápoles el Arqueólogo alemán Heinrich Schliemman, (el verdadero descubridor de la Atlántida), el abuelo del doctor Paul Schliemman y descubridor de la ciudad de Troya; pero antes de morir deja un sobre lacrado al cuidado de uno de sus mejores amigos. El sobre sólo podía ser abierto por un miembro de su familia que jurase solemnemente dedicar su vida a las investigaciones que están contenidas en él. Junto a este sobre dejó otra nota en la que decía:
"Rómpase el recipiente con cabeza de lechuza. Examínese el contenido, concierne a la Atlántida. Háganse investigaciones en el este de las ruinas del Templo de Sais y en el cementerio del Valle Chacuna".
Estos dos sobres fueron depositados en unos bancos de Francia hasta que en 1,906 Paul Schliemman, después de terminar muchos de sus estudios y bajo juramento decide hacerse cargo de los documentos.
En estos documentos Heinrich Schliemman dejaba bien claro, que el que abriese los documentos tenía que hacerse cargo de las investigaciones. En ellos estaban todos los pasos a seguir, junto con una suma considerada de dinero para cubrir los gastos de la investigación.
Uno de estos documentos dice así textualmente:
"Cuando en 1,873 hice las excavaciones de las ruinas de Troya, en Hissarlik-Turquía, y descubrí en la Segunda Ciudad el famoso "Tesoro de Príamo", encontré entre ese tesoro un famoso jarrón de forma peculiar y de gran tamaño. Dentro de él se hallaban algunas piezas de alfarería, varias imágenes pequeñas de un metal peculiar, monedas del mismo metal y objetos hechos de hueso fosilizado. Algunos de estos objetos y el jarrón de bronce tenían grabada una frase en jeroglíficos fenicios. La frase decía: “Del Rey Cronos, de la Atlántida".
Las investigaciones de Heinrich Schliemman, no quedaron simplemente ahí. Años después descubrió una colección de objetos en el museo de Louvre, que habían sido desenterrados en Tiahuanaco, Centro América y entre ellos encontró piezas que eran exactamente iguales a los que años anteriores había descubierto él. Tras largas investigaciones y análisis químicos microscópicos, se demostró que estos objetos estaban hechos con los mismos materiales y que estos materiales no existían ni en la antigua Fenicia ni en Centro América.
Tras analizar los objetos de metal se descubrió que estaban hechos de una aleación de platino, aluminio y cobre, combinación que nunca se había encontrado en las antiguas ciudades.
Objetos, pues, perfectamente semejantes y teniendo incuestionablemente una fuente común han sido encontrados en países tan separados como estos. Los objetos no son fenicios, ni miocenos, ni centroamericanos. ¿Cuál es, entonces la conclusión?, que llegaron a ambos lugares de un centro común.
Otras evidencias de la Atlántida, son los papiros egipcios que se encuentran en el museo de San Petersburgo. Estos habían sido escritos en el reinado del Faraón Sent, de la segunda Dinastía, o sea 4,571 años antes de Cristo. Estos papiros hacen referencia a una expedición que se envió en el antiguo Egipto en busca de restos de la Atlántida. También hacen referencia a un período de 13,000 años de reinado de los sabios de la Atlántida.
También se encontraron unas tablas en las excavaciones en Troya, que hacían referencia a unas operaciones que realizaban los médicos egipcios para quitar las cataratas de los ojos y las úlceras de los intestinos por medio de la cirugía. Caso curioso es que en los manuscritos Mayas también se encontraban operaciones similares.
No debemos olvidar que ni los egipcios ni los mayas eran grandes navegantes, no tenían grandes barcos para cruzar el Atlántico. Por lo tanto la semejanza de la vida y civilización egipcia y maya es tan perfecta, que es imposible pensar que sea casual.
Toda esta serie de informaciones y conclusiones fueron a las que llegó el doctor Heinrich Schliemman después de muchos años de investigación y que dejó escrito en los documentos que más tarde se haría cargo su nieto Paul Schliemman.
"Una inscripción que desenterré cerca de la Puerta de los Leones, en Micenas, dice que Misor, de quien descendían los egipcios, era el hijo de Thot, y que Taavi era el hijo emigrado de un sacerdote de la Atlántida, quien habiéndose enamorado de la hija de Cronos, escapó y desembarcó en Egipto tras muchas aventuras, construyó el primer templo de Sais y enseñó la sabiduría de su tierra. Toda esta inscripción es muy importante y la he mantenido en secreto".
Lo primero que hizo Paul Schliemman para comenzar sus investigaciones fue romper el jarrón con la cabeza de lechuza, el cual tenía la inscripción en caracteres fenicios: "Del Rey Cronos, de la Atlántida". Dentro del jarrón apareció un trozo de metal blanco, parecido a la plata, sobre el que estaban grabadas extrañas figuras y una inscripción que no se parecía a ninguna de las vistas anteriormente. Ello estaba en el anverso de la moneda o medalla. En el reverso había grabadas en fenicio antiguo las siguientes palabras: "Emitido en el Templo de las Paredes Transparentes".
Si el jarrón era de Ia Atlántida, el metal debía de haber venido de allí también.
Además de esto, también encontró otros objetos que su abuelo había dicho que provenían de la Atlántida. Uno era un aro del mismo metal que las monedas o medallas. Había un elefante de hueso fosilizado de extraña apariencia. También estaba el mapa por el cual el capitán egipcio había buscado la Atlántida.
Según las indicaciones escritas por su abuelo continuó sus investigaciones en las ruinas del Templo de Sais y el Valle de Chacuna, en América. Hizo varias excavaciones alrededor de las ruinas de Sais, se encontraron varios objetos pero ningún vestigio de lo que se deseaba. Por medio de diferentes contactos entró en relaciones con un cazador egipcio el cual le enseñó una colección de medallas antiguas que las había encontrado en un sarcófago. Este sarcófago era de un sacerdote de la Primera Dinastía del Templo de Sais, el Templo que conservaba la tradición de la Atlántida y cuyo sacerdote la había relatado a Solón, el templo que había sido fundado por un hijo de la Atlántida que había huido con un hijo de Cronos, el nombre que estaba en el jarrón de Hissarlik que tenía la moneda. ¿Cómo explicar esto?
Por lo tanto sus investigaciones iban progresando, tenía la moneda del Jarrón de Troya y las dos encontradas en el sarcófago.
Con la ayuda de dos grandes expertos geólogos franceses examinaron la costa occidental de África y los puntos donde su abuelo había indicado que se encontraba la Atlántida. Estos lugares estaban cubiertos por restos volcánicos. Se encontró un objeto bastante importante para sus investigaciones se trataba de una cabeza de niño hecha con el mismo metal que el empleado para las monedas.
Seguidamente en París, se puso en contacto con el poseedor de una colección de objetos centroamericanos al que su abuelo había hecho alusión. Tras romper el jarrón con cabeza de lechuza, extrajo otra moneda exactamente igual a las que ya poseía.
Se dirigió al Centro América, México y Perú, para continuar con sus investigaciones. Encontró varios fragmentos de jarrones con cabezas de lechuzas, inscripciones de gran valor, y en la pirámide de Teotihuacán, en México, encontró medallas del mismo metal, pero con diferentes inscripciones.
Paul Schliemman tenía suficientes razones para decir que las extrañas medallas se usaron como dinero en la Atlántida hace unos cuarenta mil años. Estas razones están basadas no solamente en sus propias investigaciones, sino también en otras de su abuelo que aquí no se han mencionado. El "Templo de las Paredes Transparentes", era una de las Tesorerías Nacionales del perdido continente. Como los atlantes y más tarde los egipcios, los mayas y los chinos eran naciones sacerdotales y es natural que los templos fueran considerados como el centro y base de la vida política y social, así como también la cuna del arte, de la ciencia, de la educación y de la religión.
El Templo atlante de las Paredes Transparentes era generalmente un importante lugar de reunión pública. Sus trabajos podían ser presentados por las masas. ¿Tenía la palabra "transparente" un significado simbólico, o existía realmente un edificio con paredes transparentes? Sin embargo, se puede probar que los fenicios aprendieron a hacer vidrio del "pueblo que vivía más allá de las Columnas de Hércules". Es necesario decir que el país que empleaba las antiguas medallas como equivalente del trabajo, tenía un sistema muy adelantado de circulación.
Según los jeroglíficos encontrados y otras evidencias se demuestra que las civilizaciones de Egipto, Miocena, Centro América, Sur América y Mediterráneo tuvieron un origen común.
Pasamos a transcribir la traducción de un manuscrito maya que es parte de la famosa colección de Le Plongeon, los manuscritos de Troano, y que puede verse en el Museo Británico, dice así:
"En el año 6 de Kan, el II Muluc, en el mes Zrc, ocurrieron terribles terremotos que continuaron sin interrupción hasta el 13 Chuen. El país de las lomas de barro, la tierra Mu, fue sacrificada. Después de dos conmociones, desapareció durante la noche, siendo constantemente estremecida por los fuegos subterráneos, que hicieron que la tierra se hundiera y reapareciera varias veces y en diversos lugares. Al fin la superficie cedió y diez países se separaron y desaparecieron. Se hundieron 64 millones de habitantes 8,000 años antes de escribir este libro".
En los archivos del antiguo templo budista de Lhassa, puede verse una antigua inscripción caldea escrita unos 2,000 años antes de Cristo y que dice:
"Cuando la estrella Bal cayó en el lugar donde ahora sólo hay mar y cielo, las Siete Ciudades con sus Puertas de Oro y Templos Transparentes temblaron y estremecieron como las hojas de un árbol, movidos por la tormenta. Y he aquí que una oleada de fuego y de humo se elevó de los palacios; los gritos de agonía de la multitud llenaban el aire. Buscaron refugio en sus templos y ciudadelas y el sabio Mu, el Sacerdote de Ra-Mu se presentó y les dijo:
¿No os predije todo esto?
Y los hombres y mujeres, cubiertos de piedras preciosas y brillantes vestiduras, clamaron diciendo:
iMu, sálvanos!
Y Mu replicó:
Moriréis con vuestros esclavos y vuestras riquezas, y de vuestras cenizas surgirán nuevas naciones. Si ellos se olvidan de que deben ser superiores, no por lo que adquieran sino por lo que dan, la misma suerte les tocará. Las llamas y el humo ahogaron las palabras de Mu, y la tierra se hizo pedazos y se sumergió con sus habitantes en las profundidades de unos cuantos meses".
¿Qué se puede decir de estas dos historias, una del Tíbet y otra de Centro América, que relatan ambas el mismo cataclismo y que se refieren ambas a la misma tierra Mu?
El arqueólogo Heinrich Schliemman después de ver las inscripciones que había encontrado en los Tumbas-Gúpulos de Mioceno dice:
"La religión de Egipto es preeminentemente la adoración al Sol. Ra era el Dios-Sol de los egipcios. La religión de los mayas de Centro América era la misma. Ra-Na era el Dios-Sol de los antiguos peruanos.
Al igual que los mayas, los egipcios practicaban la monogamia y construían sus ciudades y templos en la misma forma, demostrando un conocimiento técnico y habilidoso que es aún un problema para nuestros actuales ingenieros. Amas naciones tenían una casta intelectual, pero las relaciones entre las distintas clases eran cordiales y humanitarias. Su principio básico de gobierno era el mismo".
"Lepsius encontró los mismos símbolos sagrados en las ceremonias de los egipcios y de los peruanos. Le Plongeon, el gran arqueólogo francés, recobró en Chichen-ltza (Yucatán), la figura de un Dios que ostentaba en todos sentidos los mismos atributos que el gran Dios Thoth de los egipcios".
"La parte exterior de las pirámides egipcias y americanas está cubierta por una capa de cemento bruñido y brillante, de una solidez que no han podido conseguir nuestros constructores. Humbott consideraba la pirámide de Cholula del mismo tipo que el Templo de Júpiter en Belus.
Tanto en América como en Egipto se construían las pirámides de la misma forma. He encontrado que las pirámides a ambos lados del Atlántico están construidas con sus cuatro lados colocados astronómicamente como los brazos de una cruz y en la misma dirección. En todos ellos la línea que atraviesa su centro está sobre el meridiano astronómico. La construcción en forma de grada es la misma y en ambos casos las pirámides mayores estaban dedicadas al Sol".
Hasta aquí los relatos sobre la Atlántida realizados por el doctor Paul Schliemman y que han sido reflejados por el gran escritor teosófico Don Mario Roso de Luna en su magna obra titulada "De Sevilla a Yucatán".
La Atlántida poco a poco ha emergido del fondo de los océanos mediante los descubrimientos, tal como el Tesoro de Príamo y las nuevas investigaciones que la ciencia está realizando, día a día, trae consigo nuevos descubrimientos al respecto. La Atlántida no es por tanto una bella teoría platónica, sino por el contrario una realidad que poco a poco se irá acrecentando.
Heinrich Schliemman.
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