El Jaguar como símbolo esotérico
Compilado y estructurado por el Dr. Fernando Durand Mejía
en el día del campesino 24-6-2012 Lima-Perú
Compilado y estructurado por el Dr. Fernando Durand Mejía
en el día del campesino 24-6-2012 Lima-Perú
El jaguar o tigre americano (Panthera onca) es un carnívoro del género Panthera, el mayor felino de América y la única de las cuatro especies de este género, que se encuentra en América.
JAGUAR AMERICANO
JAGUAR - LAMINA DE ORO
JAGUAR ESCULTURA
JAGUAR RELIEVE
El jaguar es un cazador solitario y oportunista. Su mayor actividad se desarrolla al amanecer y a la puesta del sol. Tiene una notable visión en la oscuridad; y puede detectar el olor de sus presas a grandes distancias
Es un animal solitario. Por lo general los adultos sólo se encuentran para el cortejo y el apareamiento y suele establecer un amplio territorio y defenderlo.
La pantera, leopardo o jaguar es un tótem muy antiguo y poderoso. Un tótem puede ser el símbolo de una tribu, clan, familia o individuo.
El jaguar es muy sigiloso durante la caza. El silencio es su espada y su poder. El silencio es muy respetado entre los indios americanos y es visto como un estado sagrado de la consciencia.
El Jaguar es conocido y venerado en todas las grandes culturas y civilizaciones verdaderas. Reverenciado por casi todas las culturas precolombinas de América y especialmente las mesoamericanas, que tendían a divinizar a ciertos animales que convivían con ellos, especialmente con cuatro animales: la serpiente, la mariposa, el quetzal y el jaguar.
El jaguar otorgaba la ferocidad y la grandeza. La imagen del jaguar aparece ligada a un contexto eminentemente belicista. El guerrero necesitaba sentirse un jaguar para poder derribar a sus enemigos. Para determinadas culturas como la olmeca, los grandes sacerdotes eran capaces de transformarse en jaguar por las noches y destruir a sus enemigos.
El proceso de selección del jaguar como símbolo, esta representado con mayor intensidad en las culturas formativas (arcaicas) regionales a lo largo de los Andes y áreas periféricas. Nos referimos con esto a culturas regionales de Valdivia, Machalilia, Chorera en Ecuador, Chavín en Perú, San Agustín en Colombia, Chiripa en Bolivia, San Pedro de Atacama I y II en Chile, Aguada, Ciénaga y Condorhuasi en Argentina.
Cuenta el Inca Garcilaso que el culto del felino fue anterior a los Incas quienes "se dejaban matar" por el tigre cuando lo encontraban y en general no lo cazaban
El Jaguar y la cultura maya:
El reino del jaguar controla, las fuerzas cósmicas del día y la noche, por ello el símbolo del Jaguar para los mayas representa la fuerza divina y el dominio sobre todas las cosas del cielo y de la tierra. Para los Mayas, el dios jaguar dominaba la noche y el día, el dios Sol, se transformaba en jaguar para poder viajar durante la noche por el mundo de los muertos (jiwatas, aca pacha, alaxpacha y manqa pacha). Y al anochecer luchaba contra Xilbalban (el inframundo), venciéndolo y saliendo una vez más al día siguiente. La piel moteada de este bello felino, representaba las estrellas.
En la cultura Maya el jaguar era denominado Balaam o Chac, y era símbolo de poder. La gente que utiliza vestimentas de jaguar son personas con autoridad en la sociedad.
Las ruinas Mayas de Yucatán presentan elaboradas imágenes del jaguar.
Los mayas identificaban al jaguar con el número nueve, simbólico número del inframundo. El dios felino es así "Señor de lo de abajo". Es también la tierra que, con sus fauces abiertas devora al sol entre las extenuadas luces del crepúsculo. Y luego, el animal moteado se muta en sol negro, viajero de la tierra subterránea que lleva sobre sí una concha marina; representación de la luna y, de manera paralela, del renacimiento (por ser la Luna, la que renace en el cielo nocturno luego de tres noches de muerte o ausencia).
RELIEVE DE JAGUAR
RELIEVE
GLIFO DE JAGUAR
Su repetida victoria en el mundo infernal le otorga al jaguar poderes como guía del alma de los muertos. En esta arista de su existencia, es el perro Xólotl, dios canino quien acompaña al sol-jaguar, al sol de tierra, en sus nocturnas incursiones por las honduras terrestres. Es la habilidad del jaguar como guía lo que permite franquear los nueve ríos que impiden el libre acceso al Chocome Mictlan, el noveno cielo, inmortal residencia de los muertos.
El jaguar se hermana también con el cocodrilo. En su significación telúrica el cocodrilo puede sustituir al gran jaguar como "Señor de los Mundos infernales". El cocodrilo de las fauces abiertas, se identifica con el jaguar cuya fauces expandidas representan a la tierra engulléndose al sol en el ocaso. El cocodrilo también puede ser custodio de los cuatro extremos del mundo, tal como acontece con el jaguar en la cosmovisión azteca.
La sociedad maya, tiene como representaciones felinas (en este caso tigres), a los 4 hombres de maíz en la constitución final:
Balam-Quitzé (Tigre sol o fuego), Balam-Acab (Tigre tierra), Mahucutah (Tigre luna) e Iqui-Balam (Tigre viento o aire). Éstos estaban dotados de inteligencia, buena vista, facultad de hablar, andar y agarrar las cosas. Eran además buenos y hermosos.
También aparecen como parte del mito de destrucción en donde se decía que los jaguares de Cizín, dios del inframundo, se comerán al Sol y la Luna. Una historia Maya dice que: “el final de la tierra vendrá cuando los jaguares asciendan del inframundo para devorar el sol y la luna y tal vez el universo... y un eclipse es una muestra del evento final.”
También aparecen como parte del mito de destrucción en donde se decía que los jaguares de Cizín, dios del inframundo, se comerán al Sol y la Luna. Una historia Maya dice que: “el final de la tierra vendrá cuando los jaguares asciendan del inframundo para devorar el sol y la luna y tal vez el universo... y un eclipse es una muestra del evento final.”
LEYENDA MAYA
Muchas leyendas rodean al jaguar y una de ellas es la siguiente:
Cuando Dios creaba al hombre a partir del lodo, el jaguar curioso observaba, entonces Dios que no quería que supiera que hacia lo mando traer agua en una jícara con hoyos que nunca se llenaría, pero entonces una rana le explico como taparlos con lodo.
Cuando regreso el jaguar, Dios ya había hecho 13 hombres, 12 armas y estaba en proceso de hacer al perro.
El jaguar exclamó, "ese animal se ve delicioso" Dios respondió " el perro es para servir al hombre y el arma para enseñar respeto al jaguar"
El jaguar mostrando superioridad exclamó que el perro aun era sabroso, entonces Dios hizo que el hombre lo hiriera en una pata con su arma, aún así el jaguar después de que el hombre lo curó decía que el perro se veía delicioso.
Entonces el hombre mandó al perro a corretear al jaguar quien se subió a un árbol para escapar, pero el hombre lo hirió nuevamente. Así fue como el jaguar aprendió a respetar y dejar en paz al hombre.
Dice una antigua alegoría Maya:
"Un día los hijos del jaguar se levantaran de su letargo y
reclamaran la tierra que les fue arrebatada a sus ancestros".
El Jaguar y la cultura mexicana:
El jaguar fue uno de los animales más importantes dentro de la cosmovisión pre-hispánica mexicana. Siglos después, en Teotihuacán, este animal fue un motivo muy común, pero se representaba con atributos de otros animales, como aves y serpientes.
El simbolismo étnico del jaguar mexicano alterna; lo oscuro como matriz de la tierra maternal (que genera nuevos frutos y vida) y donde el jaguar es guardián de las oscuridades terrestres; y la no luz como inmersión en una peligrosa región demoníaca, el jaguar se cambia en sol de tierra, sol nocturno.
Durante la época del México Prehispánico existieron órdenes esotéricas. Una de ellas fue la llamada Orden de los Caballeros Tigres; formada por hombres que tenían el anhelo sincero de despertar Conciencia y que además estaban dispuestos a desarrollar determinadas cualidades para que, dentro de sí mismos, pudiera algún día resucitar Quetzalcoatl, el Cristo Mexicano.
Desde siempre se ha relacionado al tigre con la Sabiduría. Algunos de los atributos a adquirir dentro de la orden eran la SAGACIDAD y la FIEREZA (para penetrar la vida y para enfrentar el Gimnasio Psicológico), y el ACECHO (Auto-Observación).
Tenían que someterse al deber del Trabajo, es decir aniquilar la Falsa Personalidad y el Abominable Yo Psicológico (y sus múltiples agregados). Por eso nos dice en una de sus obras el maestro Samael Aun Weor. “En cuestiones de Esoterismo Trascendental, bien saben los «M. M.» el hondo significado del saludo con la garra”.
“Los corazones entre garras felinas simbolizan «la muerte del Iniciado» Transformado en tigre, Quetzalcoatl, sube desgarrando el corazón de quien lo despierta, hasta matar en él, todas las ilusiones de la personalidad, todo apego por las cosas que lo atan a la tierra. Realmente son necesarias la sagacidad y fiereza del tigre para matar la personalidad humana y hacer que resplandezca el Dragón de Sabiduría de Siete Serpientes, símbolo del Decapitado”
Entre las numerosas tribus que pueblan las espesas selvas del Amazonas, se rinde culto al jaguar o tigre americano, considerándolo animal sagrado y aunque se encontrasen armados, con arcos y flechas, o incluso arma de fuego, prefieren evitar el encuentro, desandar el camino, pese a todos sus intereses, antes que atentar contra el felino. Saben muy bien que el brujo, el sacerdote, de su tribu puede andar por entre la selva transformado en tigre.
En el México-Azteca Ocelotl Tonatiuh (Sol de Tigre), era el Jefe-Sacerdote de los Místicos Guerreros Tigres, de la Orden de los Caballeros Tigres, cuyos adeptos pasaban terribles pruebas antes de aprender a manejar la Imaginación y la Voluntad, al grado que podían transformarse en tigres.
GUERRERO JAGUAR
GUERRERO JAGUAR
Algunas de estas pruebas iniciáticas las pasaban en el interior de un Templo circular dedicado al Sol que existió en la Gran Tenochtitlán. Era una cámara secreta, un gran salón con aspecto de caverna llamado el TZINACALLI (La Casa del Murciélago); sobre el dintel de la puerta de acceso colgaba un gran espejo de obsidiana y frente a la puerta una hoguera de leña de pino. Allí era llevado el candidato a altas horas de la noche y se le indicaba que caminara en la oscuridad hacia la hoguera y que una vez frente al espejo hablara al Guardián del Umbral: “Soy un Hijo de la Gran Luz. Tinieblas apártense de mí”.
Sobre su cabeza comenzaban a revolotear y chillar murciélagos, la leña de pino se iba apagando, quedando sólo el rescoldo que se reflejaba en el espejo... De repente: ruidoso batir de alas, alarido aterrador y una sombra humana con Maxtlatl alrededor de la cintura, emergía de la oscuridad y con una espada amenazaba con decapitar al intrépido invasor de sus dominios.
¡Ay del candidato que retrocedía aterrado! Una puerta disimulada se abría, un guerrero le señalaba el camino del mundo profano de donde vino. Pero si resistía la embestida de Camazotz (el Dios Murciélagos), se abría otra puerta donde lo recibía un Maestro e incineraban la efigie del candidato hecha en papel de amatl, mientras otros maestros le daban la bienvenida y lo pasaban al Templo Ritual simbolizando así la muerte de las pasiones de la personalidad del Iniciado y el paso de las tinieblas a la Luz.
“Incuestionablemente los Caballeros Tigres, del México-Azteca, además de guerreros acostumbrados a la «Dura Brega», eran también extraordinarios atletas de la Ciencia Jinas” (meter el Cuerpo Físico en la Cuarta Dimensión).
Utilizaban para esto la Fuerza Elemental del Tigre y gracias a la Radiante Partícula Intima, simbolizada por el hacha, signo del rayo que el “Hombre Tigre” del México-Azteca usa frecuentemente. Acostados sobre pieles de tigres, (adoptando la figura del jaguar cuando está en reposo, adormecido), sabían combinar los tres elementos del Samyasin: Voluntad, Imaginación y Meditación de fondo en vibrante armonía y pronunciando la frase ritual: “Nosotros nos pertenecemos” asumían así la felina figura del jaguar, transformándose en verdaderos tigres humanizados una vez penetrados en la 4ª Vertical.
“El Tigre Humanizado, se convierte en una realidad concreta, no sólo en el México Pre-Cortesiano, sino también en toda Mesoamérica“... “Es así, convertido en hombre, como lo encontramos en Teotihuacán; levantando sus heroicos brazos en un gesto litúrgico o con esa marcha felina que le caracteriza”.
En el patio oeste del Quetzalpapálotl en Teotihuacán, -que en náhuatl significa La Ciudad de los dioses-, existe un mural presidido por el dios Tlaloc denominado el palacio de los Jaguares, fue construido entre los años 450 a 650 d.C. El patio se encuentra rodeado de estancias, cuyas paredes presentan restos de pintura mural con figuras de jaguares. Y existe el denominado conjunto de los animales mitológicos que es una estructura baja de dos cuerpos escalonados; en éste sobresalen pinturas correspondientes a un templo más antiguo, de colores muy vivos y representaciones zoomorfas de serpientes emplumadas, jaguares en diversas posiciones, peces alados y saurios.
FRISOS CON IMAGEN DEL JAGUAR
PALACIO DE LOS JAGUARES
El Jaguar y la cultura olmeca:
Y en cuanto a los olmecas el jaguar era el símbolo principal de su religión. Lo veneraban porque para ellos representaba los misterios de la selva y la fuerza para sobrevivir en ella. Se muestra típicamente como una boca con colmillos. Las representaciones antropomorfas relacionadas con el jaguar muestran simetría bilateral y rigidez.
Los olmecas Teocráticos desarrollaron figuras de sacerdotes con máscaras del dios jaguar, y figuras zoomorfas con jaguares sedentes.
Al estilo olmeca están incluidas las pequeñas esculturas en piedras semipreciosas y tallas monumentales, el tigre o jaguar como motivo básico, seres humanos con bocas de jaguares, etc. Además, al estilo del dios jaguar, obras que pueden ser citadas como las de los hombres-jaguar sentados que parecen llevar una máscara felina sobre el rostro.
Así, el Monumento 10 de San Lorenzo representa a una figura humano-felina sentada, que agarra arcos o medias rodelas planas (manoplas), símbolos de la jerarquía del personaje.
Otro aspecto es la intrínseca relación de las representaciones felínicas con la persona del "chamán", quien manifestaba una gran parte del conocimiento sobre la conducta del jaguar, a través del uso de alucinógenos y visiones.
Las imágenes que los olmecas dejaron de ellos mismos y de sus dioses tienen expresiones de máscaras o rasgos de jaguar. En toda su cultura puede encontrarse el tema del jaguar. En algunos relieves aparecen de manera bastante realista, en tanto que en otros se combinan sutilmente los rasgos felinos con los del hombre.
Es posible que los olmecas hayan empezado la adoración del jaguar como una especie de animal totémico, que encarnaba la fuerza y el poder. Más tarde transformaron este en un complicado culto, cuyo centro eran los seres sobrenaturales, en parte hombres, en parte bestias. Cualquiera que sea el caso, el culto al jaguar constituyó la primera religión formal de Mesoamérica.
Esta obsesión por el jaguar, dictada por motivaciones mágico-religiosas, se nota en todas las manifestaciones estéticas, lo mismo en la cerámica que en la piedra.
Una peculiaridad del arte olmeca es su simplicidad.
Las fauces de jaguar podrían representar, al igual que las fauces de serpiente en la imagen cósmica de los mayas y aztecas, las puertas del inframundo en su salida y en su puesta.
El jaguar es interpretado como símbolo del cielo, de la tierra y del inframundo fueron legadas a los mayas y a los zapotecas, pues ya en la primera pirámide maya en Uaxactún (Guatemala) ciudad que contiene a las más antiguas inscripciones mayas, aparece la base de la escalinata flanqueada por grandes caras de tigres de tipo olmeca modeladas en estuco, y en monte Albán se encuentra el jaguar ya a principios de la existencia de la ciudad a la cabeza del panteón junto con el dios de la lluvia; su rostro estilizado se transformó en símbolo del cielo entre los zapotecas y evolucionó en Teotihuacán, junto con otros elementos de seres míticos, hasta formar la cara del dios de la lluvia.
Los misioneros olmecas, del dios jaguar se diseminaron también hasta Guatemala y El Salvador, región donde posteriormente surgirían los mayas. En el valle de México también puede apreciarse la influencia olmeca. Pero esta cultura olmeca, la primera alta cultura de Mesoamérica, no solo se caracterizó por el culto al dios jaguar. Fueron sus sacerdotes quienes inventaron los grifos, la primera forma de escritura conocida del continente americano.
ESCULTURAS EN PIEDRA
JAGUAR CUSTODIA EL INGRESO
DE LOS TEMPLOS
Los olmecas consideraban al jaguar como su animal totémico principal, y como sinónimo de la madre tierra, y lo vincularon al hombre a través del culto a los recién nacidos, preocupados, de éste modo, por explicar los misterios de la fecundidad y del nacimiento. Por otra parte, en su simbología también estaba presente la serpiente acuática como símbolo del agua terrestre. De la fusión de ambos animales nació un monstruo sobrenatural en forma de serpiente-jaguar, que se volvió expresión del agua fertilizante que fecundaba la tierra, de la cual nacía la vegetación y el alimento del hombre, es decir, el maíz que era la propia vida. Y de este modo, el animal totémico y la serpiente adquirieron una forma divina que explicaba los misterios de la fecundidad y del nacimiento de los seres humanos.
También se ha establecido que existía un sector privilegiado, los sacerdotes del dios jaguar, quienes seguramente vivían de los tributos que entregaban los campesinos a cambio de su labor, que incluía en forma especial el rogar para que las condiciones climáticas no afectasen las cosechas.
El Jaguar y la cultura Azteca:
En los Aztecas, el jaguar tuvo una gran influencia. Se lo denominaba "Ocelotl", a quien consideraban como el rey de los animales. En Tenochtitlán los lideres militares de mayor rango, los guerreros más importantes y feroces vestían capas, tocados y mascaras hechas de plumas de aves y piel de jaguar y eran llamados los caballeros jaguar, cuyo título seria "Tlacochcalcatl", jefe de casa de armas.
CABALLERO JAGUAR
En Teotihuacán, y también después entre los aztecas, los miembros de la nobleza militar más importante eran llamados "guerreros jaguar" y se vestían con las pieles del felino, y se dice que imitaban sus rugidos en la batalla para impresionar a sus enemigos.
Aunque no fue solo la imagen de ferocidad y fuerza lo único que transcendió del felino para los antiguos mesoamericanos, su imagen de animal sigiloso y nocturno también caló hondo en su subconsciente místico y fue trasladado a sus leyendas y divinidades.
Los emperadores aztecas no solamente se adornaban con capas, sandalias, y utilizaban insignias hechas de jaguares; tenían también el privilegio exclusivo de utilizar tronos, tapetes y cojines hechos de piel de jaguar, todo como símbolo de autoridad.
El principio dominante del mundo espiritual de los aztecas es el dualismo; lucha cotidiana del día y la noche, del sol y la luna. A menudo se concreta bajo las formas inesperadas, como es el caso del águila que se opone al tigre, encarnando la primera a la luz y el segundo a las tinieblas.
Tezcatlipoca era una divinidad azteca cuya imagen en ocasiones estaba representada por la del jaguar. Su nombre significa "espejo que humea" y su explicación reside en que este dios portaba un espejo en el cual podía ver el interior de los seres humanos y su naturaleza benigna o maligna.
Tezcatlipoca era el reverso oscuro de Quetzalcóatl, su dualidad y su más temible adversario. Era el señor de la oscuridad, el conocedor de los secretos de la tierra y al que había que ofrendar sacrificios humanos para que su ira no anegara la tierra en sangre y destrucción (en su forma de Tezcatlipoca azul, más conocido como Huitzilipochtli).
Por lo tanto el jaguar también encarnaba un sentido de oscuridad, de conocimiento secreto, de esoterismo, que otros pueblos como los olmecas interpretaban de un modo menos negativo que los aztecas.
Para los aztecas, el águila es mensajero de la voluntad divina. Y como águila solar recibía el corazón de los sacrificados. El águila es asimismo espíritu afín al jaguar. Ambos son protectores de las potencias guerreras terrestres. Al mismo tiempo, en el trono ceremonial del monarca azteca, éste se sentaba sobre plumas de águila y disponía sobre su espalda de un retazo moteado de piel de jaguar.
Dicen los Aztecas:
"El HOMBRE JAGUAR tiene
por corazón una bola de fuego que arde dentro de sus pechos y que dicha
bola de fuego fue encendida por la "antorcha sin humo" de otro HOMBRE
JAGUAR."
El Jaguar y los antiguos Peruanos:
Mientras que en el cuarto milenio antes de Cristo, en el antiguo continente se desarrollaban civilizaciones primorosas como la China, la del Río Indo y la Sumeria; en el Nuevo Mundo los centros de irradiación cultural fueron América central, la actual Colombia, el norte del Perú (Chavín)y el lago Titicaca.
Los símbolos ornamentales reproducidos en la cerámica de Chavín son los mismos de los templos: serpiente, jaguar y cóndor.
En Chavín hay dos templos principales, uno denominado “tardío” y otro “temprano”.
En ambos templos abunda la simbología del felino, tanto en figuras esculpidas como en magistrales tallados. Se encuentran a menudo los llamados “pájaros antropomorfos” con características de serpiente, jaguar y cóndor al mismo tiempo.
En la cultura Chavín, el símbolo del cóndor unido al jaguar aparece por primera vez en el templo antiguo, representando el tótem felino que alcanza niveles de conciencia más elevados uniéndose con el cóndor, que denota el mundo de arriba (Sol).
Las semejanzas en las tradiciones (culto del jaguar) y en el período temporal, con la cultura Olmeca, hacen pensar en que hubo lazos entre las dos civilizaciones. No obstante, falta todavía la prueba definitiva que muestre nexos entre las dos lejanas etnias.
El templo o castillo de Chavín, construido de piedras magníficamente labradas; su interior es un autentico laberinto de corredores. En uno de ellos se encuentra un jaguar esculpido en piedra. Este animal era considerado como un ídolo por los habitantes del castillo.
El templo de Chavín de Huántar era un santuario, donde las multitudes acudían en peregrinación a rendir culto a sus dioses, uno de esos dioses y el principal era el jaguar, felino que está presente en todas las manifestaciones culturales del pueblo chavín. Estaba este santuario bajo el nivel del sueldebajo de este santuario, corría un río subterráneo que rugía al momento de realizar sus ceremonias.
HUACA PRIETA
CHAVIN
CERAMICA CHAVIN
CHAVIN
CULTURA HUARI
PUNKURI-SECHIN
Como en Teotihuacán, Tula u otros centros urbanos de México central, la imagen de la serpiente-felino emplumada, que sintetiza el pensamiento solar en América, aparece claramente en el horizonte cultural de Chavín de Huántar.
De evidencias arqueológicas, se llegó a la conclusión de que la sociedad de Chavín estaba regida por reyes-sacerdotes.
El Castillo de Chavín, en su interior hay una plazoleta hundida cuyas ruinas son conocidas con el nombre de El Anfiteatro, donde se ven restos de un muro con lápidas grabadas: la inferior con figuras de felinos, y la superior con figuras humanas, en su centro es hallado el Obelisco Tello, otra interesante escultura que muestra un hombre jaguar, actualmente se guarda en el Museo Nacional de Antropología y Arqueología, en Lima.
La religión en Chavín habría tenido influencia selvática ya que sus esculturas muestran seres sobrenaturales, que recogían rasgos felinos como el Jaguar y el Puma, pero también caimanes y serpientes etc. y diversas aves andinas como el águila, cóndor y el halcón.
La iconografía de figuras antropomórficas felinas es una característica importante de la civilización Chavín. Todas estas deidades son representadas en las diferentes manifestaciones culturales como en la cerámica, artefactos de metal, textiles y esculturas arquitectónicas. Chavín de Huantar fue un punto central, en particular, para los rituales religiosos.
La Religión Chavín implicaba la transformación del ser humano a otro a través del uso de sustancias alucinógenas. Muchas esculturas representan la transformación de una cabeza humana a una cabeza de jaguar. El uso de sustancias alucinógenas para fines religiosos era común.
Uso de sustancias alucinógenas (drogas): Los sacerdotes Chavín utilizaban el cactus de San Pedro "Ayahuasca", dada sus propiedades alucinógenas, son a menudo representadas en las imágenes talladas, por ejemplo en la imagen de un dios que lleva el cactus en la mano como un palo. Hay imágenes que representan figuras humanas con fugas de mucosidad de la nariz (un efecto secundario resultante de la utilización de esos alucinógenos). La droga contenida en el cactus ponía a los sacerdotes en trance, por lo tanto "más cerca de los dioses", y otros beneficios, que les permitió mejorar su visión (dilatación de las pupilas) y penetrar en las profundidades del templo en la oscuridad absoluta.
Según el arqueólogo Julio César Tello, Chavín era un lugar de peregrinación, a donde se dirigían los adeptos al culto del jaguar para celebrar fiestas religiosas. La población de Chavín creció hasta el 300 a.C., cuando, por razones que no están claras, declinó rápidamente.
La cultura moche se caracterizó por sus dioses castigadores, la representación de dioses decapitadores era muy común, siendo el principal Ai apaec, quien también era el dios supremo y la principal deidad de los moche. Estos dioses muestran clara influencia de la cultura chavín. Se puede apreciar el parecido en los colmillos y las formas felínicas.
Los sacrificios humanos eran practicados por los moche con fines religiosos.
Los restos de la ciudad sagrada de Caral, datan de hace 3,500 años a.C, perteneciendo al periodo arcaico tardío. Por tanto es dos milenios (2,000 años) anterior a Chavín de Huántar, siendo por tanto la más antigua y también el Estado más antiguo del Perú. Esta antigüedad sitúa a la ciudad sagrada de Caral, al tiempo de las ciudades sumerias de Mesopotamia o cuando se construían las pirámides de Keops en Egipto. Y en América sería lo más antiguo, porque recién hacia el 1,500 a. C., es que empiezan los asentamientos permanentes en Mesoamérica. En cambio en el Perú, estamos hablando de 2,500 a. C., casi un milenio antes.
A comienzos del año 2006 el arqueólogo Marco Rívas anunció el descubrimiento -en Huaca Partida (Nepeña, Ancash)- de una sorprendente escultura en barro que con la imagen del dios Jaguar, del periodo Formativo (2000 a.C.-200 d.C.). La cabeza felinoide, el dios Jaguar, del templo de Punkurí, San Jacinto, Valle de Nepeña (Ancash)... templo de la Cultura Sechín...
Los Inkas y demás culturas consideraban a ciertos animales como dioses, porque creían representaba a los 3 mundos, Jananpacha (los cielos, futuro, mundo de los dioses), Kaypacha (la tierra, presente, mundo de las personas, animales y espíritus), Ukupacha (el inframundo, pasado, tierra de los muertos).
El condor representaba al Janan Pacha ya q creían que podía volar hasta el infinito.El puma u otorongo representaba al Kaypacha, ya que era el animal terrestre mas fuerte.La serpiente (amaru) representaba al Ukupacha, seguramente porque podia matar de un mordisco, en la región Aymara es el sapo (jampatu) quien representa a este mundo.
En Paracas, los hermosos tejidos tienen bordada la figura del jaguar, aunque siempre de forma estilizada, lo que hace pensar en un puma u otro felino menor.
Las ruinas correspondientes al horizonte mas antiguo de Chavín pueden ser contemporáneas con las de Caral, también con las de Paracas, Tiahuanaco y Nazca. En todos estos lugares se practicaba el mismo culto religioso.
En general se piensa que en esta cultura fueron politeístas, debido a que adoraban a distintos dioses terroríficos. Estos tenían rasgos de felinos como el jaguar y el puma; de aves como el águila, el cóndor y el halcón; y de serpientes y caimanes.
El Jaguar y la cultura Aymara:
Para los “Aymaras” uno de los mayores enigmas del mundo es, el HOMBRE JAGUAR. En la "ciudad de Viracocha" Tiahuanaco, poseen los aymaras una danza mística como es la danza de la Quena quena, la danza de los caballeros Jaguares y que es la danza de los guerreros "Aymaras", con qawas y plumas en la cabeza y al unísono de la flauta mágica?... acaso no se danza en forma de la serpiente?... acaso no es una danza mística de los guerreros JAGUARES?...propia de los "Aymaras"?
Pero también cabe preguntarse, ¿pero si viven los jaguares en la selva, y los "Aymaras" en el altiplano... Realmente los "Aymaras" han mantenido la tradición desde épocas inmemoriales, y diríamos, acaso desde la época de Tiahuanaco o incluso más allá... y tal vez de ahí el nombre jayamara, jayapacha, cuando el verdadero hombre tenía la voz de Dios, jaque aru ... y también conocido como Uturunku del quechua y titi del tiahuanaco al Jaguar... y/o quena del gran felino jaguar...
Se dice que como adversarios son sumamente terribles. Se dice que el jaguar es un animal que mata de un solo salto. El HOMBRE JAGUAR liquida a sus oponentes o causa a sus enemigos un daño sumamente severo...
Pero, recordemos que nosotros no somos lo que aparentamos parecer, sino, internamente existe un Jaguar esperando ser liberado por la conciencia y que explica en enigmas el procedimiento de la muerte de los demonios decapitados en Tiahuanaco...
PORTADA DEL SOL - TIWANAKU
AYMARAS
JAGUAR DE TOTORA LAGO TITICACA
El Jaguar y la India:
Muchas naciones como la India temían al poder del HOMBRE JAGUAR y los tacharon de demonios, pues, se decía que ellos eran capaces de hacer temblar a los mismos dioses.
El Jaguar y la cultura Arahuac:
Para los Arahuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta - Colombia. "El jaguar es el animal que posee el poder del Sol y el chamán es el hombre que posee el poder del jaguar."
El hombre serpiente, el hombre ave, la serpiente ave, el hombre serpiente ave, el jaguar ave serpiente, el hombre jaguar, el jaguar serpiente, es el desarrollo espiritual y cósmico del hombre jaguar.
Otras culturas:
Otras culturas también rindieron culto al jaguar aunque no con la reverencia de los Pre Incas, Aztecas, Mayas u Olmecas.
En Ecuador, periodo (850-1500 d.C.) son las banquetas Manabí, unos asientos de piedra en forma de V cuyo pie está formado por una figura del jaguar.
Hay símbolos teotihuacanos: Cacaxtala. Este lugar se encuentra en el estado de Tlaxcala, y tiene murales que fueron realizados por sus moradores los olmecas-xicalanca. Los murales muestran una batalla terrible entre personajes ataviados de aves y otros de jaguares. Así, los guerreros-ave tienen rasgos mayas y los guerreros-jaguar, del altiplano. Estos últimos vencen a los primeros.
Los Tarascos veneraban a la Diosa Xaratanga / Xaraqua que estaba asociada al jaguar/tigre y cuyo disfraz era la serpiente, se consideraba Madre de la humanidad. Posteriormente fue destronada con la introducción del culto masculino.
Los zapotecos, rendían culto a los muertos, eran usadas figuras de tamaño natural de jaguar en las ceremonias. Era relacionado con la noche y el poder. Sacerdotes o misioneros del culto al jaguar llegaron hasta la región que hoy conocemos como Oaxaca, poblada por una tribu conocida como zapoteca, sobre quienes influyeron profundamente. Alrededor del año 600 a..C., los zapotecas levantaron Monte Albán, un centro ceremonial, que muestra en sus bajos relieves la influencia olmeca.
En el caso de los Toltecas, éstos asociaban al jaguar con una figura de guerra, donde los representaban comiendo los corazones de sus enemigos y prisioneros.
En el caso de los mixtecos se veneraba y respetaba a un personaje semejante a Quetzalcóatl que tenía atributos serpentinos y de jaguar.
En los estados mexicanos de Tabasco y Veracruz, en la costa del golfo. El hallazgo más importante fue el de La Venta, pequeña isla de arena y lodo rodeada de pantanos en el estado de tabasco. Bajo el suelo del templo de La Venta (Olmeca) persistieron durante más de un milenio adoquinados de lajas verdes dispuestos de modo tal que formaban la cara estilizada de un jaguar.
JAGUAR DE TABASCO-OLMECA
Los chorotegas y los nicaraos son dos pueblos mesoamericanos asentados en la baja Centroamérica que nos han dejado una rica iconografía pintada y modelada en sus cerámicas policromas. El jaguar es uno de los temas más usuales en sus decoraciones.
Para los nahúas mexicanos el jaguar, símbolo tanto de Tlaloc como de Tezcatlipoca, simboliza preferentemente al dios de la lluvia, que soporta sobre su figura gran parte del contenido religioso-filosófico que los nahúas mexicanos atribuyeron después a Quetzalcóatl.
La cultura Aguada en Argentina, con diseños estilizados del Jaguar .
DESCRIPCIÓN DEL JAGUAR: Esoterismo
XOLOTL - LUCIFER - PROMETEO
El jaguar maya es, indudablemente, el mismo XOLOTL o Lucifer nahua. En toda Mesoamérica representa lo mismo. Traducido a la época actual del cristianismo, es el mismo Lucifer (luz y fe).
Luz y fe es pues, la reflexión del Logos dentro de nosotros, aquí y ahora. El Logos, Dios, se desdobla a sí mismo, y ese desdoblamiento es, precisamente, el XOLOTL nahua, el Lucifer cristiano, el jaguar maya.
De manera pues, que quienes piensan que Lucifer es el enemigo del Eterno, están muy equivocados. Y quienes lo pintan dogmáticamente como un demonio terrible, sentado en un trono de ignominia y blasfemia, con un tridente de hierro en su mano derecha dominado al mundo, están también equivocados.
Realmente el XOLOTL el Lucifer, el jaguar, el tigre, a quien representan es al Lucifer particular, individual. Cada cual tiene el suyo en el fondo mismo de su conciencia, y de acuerdo al grado de purificación en la eliminación de los agregados psicológicos así lo verá.
Entre más errores, defectos y vicios tengamos, más horrible y espantoso será. Entre más limpios y puros seamos, pues más radiante será.
XOLOTL o Lucifer, el jaguar, no es otra cosa que la reflexión del Logos dentro de nosotros, y aquellos que lo maldicen se pronuncian contra la cósmica reflexión del Logos, anatematizan al Dios vivo manifestado en la materia y reniegan de la siempre incomprensible sabiduría, revelándose por igual en los contrarios luz y tinieblas.
La gloria de Satán es la sombra de Adonai, y el trono de Satán es el escabel del Señor. Semblanza, parecido, similitud, sol y sombra, día y noche, ley de los contrarios.
Dos son los ejércitos del Logos o Demiurgo Arquitecto del universo: en los ámbitos sublimes, las aguerridas huestes de Miguel y en el abismo del mundo manifestado, las legiones de Satán.
Ostensiblemente, éstos son el Inmanifestado y el Manifestado, el virginal y el caído en la generación animal. Incuestionablemente, sólo sobre Satán, jamás sobre el Logos, recae la vergüenza de la generación. Aquél perdió su estado elevado virginal de Kummara cuando comió el fruto prohibido.
Con la resurrección esotérica, el Lucifer nahua, el jaguar maya, reconquista el estado virginal de Kummara. La piedra angular de la Gran Obra es, ciertamente, impura, material, grosera, motivo intrínseco por el cual recibe el nombre de Diablo.
La piedra de la Gran Obra es el Lucifer nahua, jaguar maya. Sobre esta piedra maestra, ubicada en el fondo mismo de nuestro sistema sexual, el Kabir Jesú edificó su iglesia. Se hace necesario comprender que cada uno de nosotros tiene su Lucifer particular, individual, reflexión completa de su Logos específico.
El tigre humanizado se convierte en una realidad concreta en Meso-América y México. Así también lo encontramos en Teotihuacán, levantando los brazos en un
gesto litúrgico o con esa marcha felina que lo caracteriza.
Así pues, el Lucifer es la reflexión del Logos dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Si un árbol tiene sombra, ¿por qué ha de extrañarnos que el Logos tenga su propia sombra?
Lucifer es el que nos da la auto-independencia, los poderes que divinizan. El es el que da el impulso sexual, sin el cual es imposible la cristificación. De manera que Lucifer sirve de escalera para bajar y escalera para subir. Cuando uno con la lanza le da en el costado a Lucifer, cuando vence la tentación, asciende un grado más por la espalda de Lucifer. Así se va: ascendiendo por la espalda de Lucifer hasta llegar un día al Gólgota del Padre.
El jaguar representa al mismo Lucifer interior, particular, individual, que cada
uno de nosotros tenemos dentro. Los caballeros tigres, además de guerreros acostumbrados a la dura brega, eran atletas extraordinarios de la ciencia Jinas. Estos seres extraordinarios sabían mezclar los tres elementos del Samyasi con el temible poder felino del; Jaguar-Lucifer.
PRÁCTICA
Acostados sobre pieles de tigre, imitando la sagrada postura del jaguar cuando en reposo se encuentra, ligeramente adormecidos, aquellos ilustres varones sabían combinar conscientemente la voluntad y la imaginación en vibrante armonía.
En suprema meditación de fondo y concentración mental asumían deliberadamente, mediante la imaginación creadora, la figura felina del jaguar.
Marcharse, desenvolverse, funcionar con esa figura que espanta, en pleno éxtasis y gozo místico, en modo alguno representaba algo imposible para estos perínclitos varones. Cada vez que ellos se desprendían del duro lecho, para andar como tigres y desaparecer luego dentro de la cuarta coordenada, proferían la frase ritual "NOSOTROS NOS PERTENECEMOS". Así como cuando la pólvora se inflama en el arcabuz estalla con gran ruido, así es el corazón abrasado por el amor divino.
Bien, saben los humanos que aquellos tigres legendarios, exóticos y extraños, ante el umbral del templo tornaban nuevamente a su gentil figura humana.
Indubitablemente, Felipe, el apóstol del Gran Kabir Jesús, es el Santo Patrón de los Jinas. Si amáis a Felipe, podéis implorar su ayuda cuando estéis dormitando y, excluyendo de vuestra mente todo pensamiento, sintiendo gozo en el alma por su presencia, proferid la siguiente frase ritual: Al cielo Felipe.
Salid de vuestra recámara con paso firme y decidido, meteos violentamente dentro de la cuarta dimensión desconocida.
Salid de vuestra recámara con paso firme y decidido, meteos violentamente dentro de la cuarta dimensión desconocida.
Que los soles de entusiasmo os alumbren el camino, muy querido y amable lector.
Que las fuerzas del tigre os acompañen.
Que los cocuyos de sabiduría iluminen vuestro intelecto.
Que el PICR rumoroso dé sombra a vuestro descanso.
Que las ranas de esmeralda señalen los senderos, croando sin descanso.
Que ella, la naturaleza, sea pródiga contigo.
Que la fuerza universal os bendiga y dirija.
Escrito por Nerea Urcola
El Tigre Humanizado
“Es la mansión de la Orden de los Tigres:
Allí rigen la guerra, dan el silbo para el combate”
“La Flor de Guerra abre la corola,
la Flor de Escudo en mí mano está:
Me alegro con las flores,
con la Flor del Tigre y con la Flor del Águila”.
“Se abrió la Flor del Tigre, donde se muestra siempre
con florida obsidiana ante el Agua Divina”.
“A nadie tan precioso, a nadie tan fuerte
hace el dador de la vida:
El Águila que va volando,
el Tigre corazón de la montaña;
ellos, empero, se someten al Deber del Trabajo”.
Tomado de los Cantos de la Épica Náhuatl
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