Lilith, señora de la noche. Referencia principal: Mujeres de Egipto y de la Biblia de Jorge Dulitzky, Ed. Biblos; y Wikipedia El origen de Lilith parece hallarse en Lilitu y Ardat Lili, dos demonesas mesopotámicas, relacionadas a su vez con el espíritu maligno Lilu. En los nombres de esta familia de demonios aparece la palabra Lil, "Lili" (plural "Lilitu"), que en sumerio significa ‘viento’, ‘aire’ o ‘espíritu’ . Los judíos exiliados en Babilonia llevaron a su tierra de origen la creencia en esta criatura maligna, cuyo nombre, adaptado a la fonética del hebreo como לילית (Lilith), se puso en relación con la palabra parónima hebrea ליל, (Lil), ‘noche’. LIBRE ALBEDRIO, EMANCIPACION, TENTACION Origen del Mito La historia de Lilit o Lilith es posiblemente un sueño, de los primeros rabinos mientras reunían sus ideas para redactar el capítulo bíblico de la Creación, en el comienzo del Génesis. (Génesis 2:4-25), el texto dice: «Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo Creó; varón y mujer los creó». Si bien hoy suele interpretarse esto como un mismo hecho explicado dos veces, otra interpretación posible es que Dios creó en primer lugar una mujer a imagen suya, formada al mismo tiempo que Adán, y sólo más tarde creó de la costilla de Adán a Eva. La primera mujer a la que alude Gn. 1, 27 sería Lilith, la cual abandonó a su marido y el jardín del Edén. Las variaciones del mito llevan a Lilith a convertirse en seductora de los propios hijos de Adán y Eva (abordando a Caín con palabras de consuelo y reposo tras la muerte de Abel), o a asimilarla con la propia serpiente del Paraíso tomando cuerpo de serpiente mientras Satán tomaba cara humana y la voz que sedujo a Eva. Un relato de Primo Levi nos recuerda que Lilith es la amante del mismo Dios creador, y que vive en el Mar Rojo comandando una corte de demonios. Y otra tradición afirma que Samael, luego Satán, el ángel caído, se convierte en pareja de Lilith, e incluso que juntos seducen a Eva para que engendre a Caín. La leyenda de Lilith se habría originado en Babilonia, alrededor del tercer milenio antes de Cristo ( hace mas de 5,000 años hasta el presente), y su historia es como la relato a continuación. Lilith fue una misteriosa mujer, posiblemente hermosa, de muy mal genio, cuyo nombre en hebreo representa a los monstruos de la noche, los terribles habitantes de la oscuridad. No nació en el Edén bíblico: era oriunda de Babilonia, donde era conocida como “Lititu” y se la hacía responsable de las mismas calamidades que, como veremos ahora, le fueron atribuidas más tarde por la tradición hebrea, que adoptó a esta dama como leyenda propia. Lititu, en sumerio, significaba "aliento". Los árabes, por su parte, la conocieron después con el nombre de "el-Karineb" y los sefarditas, mucho más tarde, la llamaron con el sugestivo nombre de "la Brusha". PROMISCUIDAD Y DEMONOLOGIA Para los babilonios, era el demonio que desencadenaba las tempestades y habitaba en el desierto, en las ruinas de las ciudades abandonadas o en las tiendas de algún malvado, muerto como consecuencia de su propia maldad. La mitología mesopotámica presentaba a Lilith como una especie de genio o demonio con cabeza y cuerpo de mujer, dotada de alas y extremidades inferiores de pájaro, viviendo escondida en el desierto en donde atacaba a los seres humanos, como un demonio nocturno, duende noctívago que originariamente controlaba el viento y las tempestades. LILITH en ESCRITOS HEBREOS LILITH SUCUBO Para los hebreos, la leyenda de Lilith era tan antigua que cuando los rabinos hebreos redactaron el Génesis se vieron obligados a incluirla de algún modo en sus escritos secretos, pues ella existía en la imaginación popular. Sugirieron que había sido la primera mujer creada por Jehová, antes que Eva, para satisfacer el pedido de una pareja que le hizo Adán. De este modo, Lilith pasó a formar parte de la mitología hebrea, aunque semioculta, pues la Biblia sugiere su existencia pero evita mencionarla en forma directa. RELIEVES MESOPOTAMICOS LILITH CON BUHOS, LEONES, PIES DE GARRA Y ALAS COMPARE EL SIMBOLO EN LA MANO PERIODO LARSA - 2,000 años a.C. NO TIENE EL SIMBOLO EN LA MANO En Isaías (34: 1) Lilith aparece en los escritos judíos de la Biblia como el origen del mal. La única mención en la Biblia de dicha criatura aparece en Isaías 34:14: פגשו ציים את־איים ושעיר על־רעהו יקרא אך־שם הרגיעה לילית ומצאה לה מנוח׃. En la Biblia de Jerusalén el pasaje se traduce como: «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». En la Vulgata לילית se tradujo por Lamia, equivalencia que se conserva en algunas traducciones modernas, como la de de Nácar-Colunga: «Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo». Otras versiones, en fin, traducen el término como ‘criatura nocturna’ o ‘lechuza’. Al tratarse de un término que aparece testimoniado en una sola ocasión (hápax legómenon), no resulta posible saber con certeza si para el autor del texto לילית era un nombre propio o común, y en este último caso, si se trataba de una criatura sobrenatural o de una rapaz nocturna. El libro del profeta Isaías sitúa a Lilith en la descripción de los lugares de perdición, viviendo entre las ruinas del desierto, acompañada de sátiros y animales. Sus rasgos son los de un búho o una lechuza blanca y es presentada como ave de la noche: Allí se darán cita chacales y hienas, y los sátiros se llamarán unos a otros; también allí Lilith descansará y hallará para sí un lugar de reposo. Isaías (34: 14). Isaías tiene un especial interés por borrar cualquier recuerdo que se refiera a los orígenes del hombre y presenta a Lilith como un demonio hembra que espanta a los habitantes de Edom (la tierra de Idumea, el desierto del Arabá que une el Mar Muerto con el Mar Rojo), como uno de los muchos demonios que establecen su morada en el campo del desierto maldecido por Dios. y más adelante la menciona como la “Lamia”, nombre que Lilith recibía en Libia. Ese ocultamiento bíblico es causa de que la mayor parte de la gente desconozca la existencia de Lilith y puede sentirse desconcertada al enterarse de que Eva fue la segunda o tercera mujer de Adán, luego de que éste se separara de Lilith. SERPIENTE ASTUTA ARBOL DEL CONOCIMIENTO DEL BIEN Y EL MAL TENTACION - PECADO El inicio de la leyenda Para entender lo que sucedió con Lilith, debemos recurrir a las leyendas antiguas que sirvieron de inspiración para los redactores de la Biblia, y explicar cómo concibieron la creación de Adán los rabinos que tuvieron acceso a los documentos originales. El libro más significativo es el Sepher La versión griega de la Biblia conocida como Septuaginta menciona a Lamia, que era una diosa libia bisexual, hija de Belus, amada por Júpiter, a cuyos hijos Juno robó por celos. Umia significa "lujuriosa" o "glotona". Era la equivalencia de la Neith egipcia y de la Anath siria y, pese a que era un demonio que comía a sus amantes, se especializaba en atraer y devorar niños pequeños. Lamia era, evidentemente, otro nombre de Lilith. La leyenda de Gilgámesh, que se cree originada unos cinco mil años antes de Cristo y que describe al primer hombre de la creación con el nombre de Endikú, quien lucía largos cabellos con espesas ondas. Comparando esta leyenda con el Libro del Esplendor, Adán y Endikú compartían algunas características: comían, bebían y expelían excrementos como animales, caminaban erectos como los ángeles, podían ver de costado, vivían con los animales y tenían fuerzas físicas excepcionales. El “Ha-Zobar, o Libro de] Esplendor" (escritos místicos del medioevo judío español donde se recopilan tradiciones anteriores a la era cristiana), donde Rabbi Abba dice que Jehová creó a Adán mezclando polvo, sangre y saliva y lo puso en el Jardín del Edén. En el principio, Adán reunía la condición de macho y hembra, o sea que era hermafrodita o andrógino. Esa extraña condición puede deducirse del Génesis (1: 27), donde dice: "Y Jehová creó al hombre, hombre y mujer lo creó". Jehová mencionó los dos sexos pese a que creó a Eva mucho más adelante, por lo que la condición masculino - femenina era referida a Adán.En el Bereshit Erubin se menciona a un ser con un rostro masculinoque miraba hacia delante y uno femenino que miraba hacia atras, unidos por la espalda. Como la circunstancia entorpecia la capacidad de movimiento y conversación,Dios dividió al andrógino y dió a cada mitad una nueva espalda. En el Haggadah, libro del ritual judío, se explica que la ambigüedad en el texto bíblico respecto del hermafroditismo de Adán se origina en que Jehová lo creó con dos caras, la femenina estaba en la nuca. Para crear a Eva separó esas caras. En el siglo XII después de Cristo, en un documento cabalístico conocido como Alfabeto de Ben Sira, también se explica que el primer hombre y la primera mujer fueron creados simultáneamente, unidos por la parte trasera. En Las vírgenes negras de Ean Begg, define a Lilith como amante de Adán, rival y enemiga de Eva y sus hijos. Dentro de la superpoblada constelación de personajes mitológicos, Lilith compartía con Isis el conocimiento del nombre secreto de Dios. La función de Lilith era la de súcubo vampiresco. Según la leyenda babilónico, Lilith anidaba en el centro del árbol Huluppu, , con un dragón en la base y un pájaro encaramado en lo alto. Una serpiente que no podía ser dominada anidó en las raíces del árbol llamado Huluppu probablemente un sauce. El pájaro Anzu colocó a su polluelo en las ramas del árbol y Lilith, la luna negra, construyó su hogar en el tronco. Aquel árbol era el que cuidaba la diosa Inana para hacerse una cama con su madera. Al escuchar la queja de Inana, Gilgámesh mató al dragón con un hacha y su escudo de bronce. El pájaro voló a las montañas con su polluelo, mientras que Lilith, llena de miedo, rompió su casa y escapó al desierto. En Siria se encontró una imagen del siglo VII a.C. que muestra a Lilith como una esfinge alada que inspiraba terror porque mataba a los niños recién nacidos. Era temida por los judíos, quienes la consideraban tentadora, nocturna y destructiva. Cuando Adán perdió su cualidad de hombre-mujer, Jehová le proporcionó la posibilidad de buscar la compañía de algunas hembras animales, por aquello de que "no es bueno que el hombre esté solo" (Génesis, 2: 18). Nótese que cuando Jehová dice esa célebre frase no se refería, todavía, a la mujer. Adán se quejaba, pues la relación con ovejas y cabras lo dejaba insatisfecho. En los términos de la Biblia, Adán "no halló ayuda que estuviese idónea para él" (Génesis, 2: 20). No hace falta mucha imaginación para incorporar la idea de que Adán vivió una temporada en abierta promiscuidad con algunos animales. Esa situación fue sutilmente eliminada de las Escrituras a través de las múltiples correcciones que sufrió el texto sagrado original, en especial la debida a los sacerdotes que podaron las primitivas historias para acomodarlas a una moral cada vez más puritana. Según otros rabinos, la mujer-animal no le resultaba una "ayuda" agradable a Adán, por lo tanto, había que pedirle a Jehová una "ayudante semejante a él". La definición de la mujer como "ayudante" la colocaba en la historia bíblica como inferior al hombre. Mal comienzo para la rama femenina de la raza humana. En este punto, vuelve a aparecer una similitud con la experiencia de Endikú, pues el poema de Gilgamesh relata que su dios "le creó una compañera, con la cual yació durante siete días y siete noches, hasta saciarse. Luego volvió a mirar a los animales, pero éstos se apartaron de él. Endikú se sintió desfallecer y sus miembros se entumecieron al sentir que se iban los animales ...” Según los escritos rabínicos, Jehová se dispuso a solucionar el problema de Adán creando una mujer: tomó polvo y tierra, y mojándolo con agua hizo un barro arcilloso, al que agregó sangre y saliva. Pero parece que en la mezcla se metió alguna inmundicia pues, como veremos, la mujer creada fue origen de muchos problemas. Esta primera mujer creada por Jehová fue Lilith. Dios los dejó juntos en el Jardín del Edén, pero la pareja jamás disfrutó de su unión. Lilith se opuso a acostarse de espaldas para recibir a su esposo. Se consideraba igual que Adán, hecha con la misma clase de arcilla, y esa postura le resultaba incómoda y humillante. Ella también quería estar arriba. "¿Por qué debo acostarme debajo de ti y abrirme para tu cuerpo?" Los rabinos interpretaron que la responsabilidad de la reproducción era del hombre, a la cual la mujer debía someterse. Pero ella se oponía obstinadamente. Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, decidió abandonar el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma. Invocó el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave. Abandonó volando el Paraiso con unas alas que el mismo Dios le dió (de ahí su semejanza con los súcubos). Luego tomó residencia en una cueva en las costas de Mar Rojo, donde hasta éstos días se encuentra (según la leyenda). Ella acepta a los demonios del mundo como amantes, y desova muchos miles de niños demonio, fue llamada Madre de los Demonios, —esposa de Asmodeus, el Rey de los Demonios. Adán, mientras tanto, halló que él lamentaba la partida de Lilith. Fue con Dios y expuso su caso pidiendo el retorno de Lilith. Iahveh concordó que una criatura del Edén no debería partir tan fácil del reino, y dispuso tres ángeles para recobrarla. Éstos tres, Senoy, Sansenoy, y Semangelof, pronto encontraron a Lilith en su cueva y le exigieron su retorno con Adán por órdenes de Iahvé. Si se rehusaba, le informaron, matarían a un ciento de sus hijos demonios cada día hasta que decidiera regresar. Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumisión a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor infringido, mataría a los hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres, durante el nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser objeto de su ira, las niñas por veinte días y los niños por ocho. Más tarde, se convirtió en una demonesa que rapta a los niños en sus cunas por la noche y se une a los hombres como un súcubo, engendrando hijos (los Lilim) con el semen que los varones derraman involuntariamente cuando están durmiendo (polución nocturna). Se la representa con el aspecto de mujer muy hermosa, con el pelo largo y rizado, generalmente pelirroja, y a veces alada. Ante la negativa de Lilith de regresar con Adán, Dios decidió dar una nueva compañera a su creación pues proclamó que "No es bueno que el hombre esté solo", creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa al hombre. La tradición ha presentado a Lilith como una diosa del mal, una deidad femenina en forma de duende noctívago, demonio súcubo que visita a los hombres por la noche, mujer poderosa emancipada del común de los mortales y origen del mal que existe en el mundo. Lilith es un ser del que sabemos muy poco porque casi nadie ha querido investigar por temor y por el misterio que a lo largo de la historia ha producido su imagen. Lilith pertenece a esos personajes que encontramos en las leyendas más antiguas. Su semblante se ha ido transmitiendo a través de las generaciones de forma oral, haciéndose presente en la literatura primitiva y en las esculturas más antiguas. REPRESENTACIONES MODERNAS No sabemos en qué momento podríamos situar el origen de sus leyendas ni su procedencia, pero una de las representaciones gráficas más antiguas de Lilith la encontramos en una terracota de origen sumerio del 2000 a.C. en donde se representa a una mujer hermosa, desnuda, de pelo largo, con alas, con garras en lugar de pies y rodeada de búhos y lechuzas. De esa misma época es el primer escrito que ha llegado hasta nosotros en donde se habla de ella, “La Epopeya de Gilgámesh”. A partir de este momento y hasta nuestros días, Lilith estará presente en todos los acontecimientos más importantes de la humanidad, en sus tradiciones, mitos y leyendas. El arte, la pintura y la escultura, han representado a Lilith de muy diferentes maneras pero siempre con forma de mujer relacionada con los orígenes de todos los males. Leyenda viva: El tiempo que duró el exilio del pueblo de Israel en Babilonia (570-539 a.C.) fue el de mayor creación literaria de la Biblia. Más de la mitad del Antiguo Testamento fue redactado por los israelitas que permanecían en la cautividad. La influencia de las tradiciones del imperio babilónico y las culturas mesopotámicas tuvo su reflejo en la redacción de los textos bíblicos. Los relatos de la creación del libro del Génesis, por poner un ejemplo, tienen su origen en mitos y leyendas babilónicas como la Epopeya de Gilgámesh, el Enuma Elish, las leyendas de Sargón y otros poemas sobre los orígenes del mundo. La referencia más antigua que conocemos de Lilith la encontramos en el prólogo de la Epopeya de Gilgamés, texto babilónico del 2000-1900 a.C. mencionado inicialmente. En escritos apócrifos judíos como el Testamento de Salomón, en el Talmud y en la literatura rabínica volvemos a encontrarnos con la imagen de Lilith relacionada con el origen del mal. Para los rabinos, Lilith es consorte del demonio Samael con el que engendra cientos de demonios y vive convertida en la Señora del mal. La esposa de Adán Según la literatura Rabínica y la Cábala, Lilith fue la primera esposa de Adán, antes que Eva. La leyenda judía dice que Lilith había sido creada por Dios con barro de la tierra al mismo tiempo que Adán, a diferencia de Eva que había sido creada a partir de la costilla de Adán. Por esta razón Lilith y Adán gozaban del mismo status social y vivían en plena igualdad. Lilith había dormido con Adán y engendrado a Shendim, Linin y Ruchin. Pero un día Lilith no aceptó servir más a Adán y se escapó del jardín del Edén. Al parecer, la principal discrepancia entre Adán y Lilith se presentaba cuando él quería acostarse con ella y le exigía ponerse debajo, lo que Lilith consideraba una ofensa por ser su igual. Ella abandonó el jardín del Edén para refugiarse en el desierto. Adán se quejó a Dios diciéndole que su mujer lo había abandonado y Dios envió a sus ángeles para intentar hacerle cambiar de opinión y regresara al jardín. Los ángeles de Dios, Senoy, Sansenoy y Semangeloph, fueron a buscarla, recorrieron toda la tierra y al final la encontraron en el Mar Rojo, en la región en donde habitaban los demonios lascivos. intentaron disuadirla para que volviera con Adán pero ella rehusó volver junto a su esposo y quedó viviendo como un demonio que injuriaba a los recién nacidos. Dios maldijo a Lilith haciendo que todos los hijos que engendrara muriesen. Ella pariría hasta cien hijos al día con grandes dolores de parto. Por esta razón Dios sacó a Eva de una costilla de Adán y cambió la primigenia igualdad por la sumisión de la mujer a su marido instaurada desde el orden divino. Después Lilith se dedicó a seducir a los hijos de Adán y Eva, tuvo hijos con demonios y los devoraba, y luego se convirtió en la serpiente que sedujo a la propia Eva. El primer vampiro: Esa condición diabólica de Lilith le ha llevado a ser también la REINA DE LOS VAMPIROS Otras referencias mitológicas afines a Lilith se pueden encontrar en la Brunilda de los Nibelungos, o en la diablesa babilónica Lilu. La misma Reina de Saba de Salomón es un trasunto de Lilith. Etimológicamente viene del hebreo layil, (noche), y aparece representada como un demonio nocturno peludo o como una mujer de cabellos muy largos. En la Biblia aparece una fugaz alusión a Lilith. en Isaías 34, 14 se explica con todo detalle cómo Dios con su espada mata a todos los habitantes de Edom, lugar poblado por enemigos acérrimos de los judíos, y que allí quedan como dueños y señores los animales. Buitres, serpientes... y Lilith. "También allí Lilith descansará y hallará para sí lugar de reposo". Lilith ha sido traducido por lechuza o ardilla, evitando toda referencia a la figura precedente de Eva. En nota al pie se hace constar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, noctívago, espantajo de la fantasía popular". Otras tradiciones también han identificado a Lilith con la primera vampiresa o la primera mujer que se transforma los días de luna llena en aquel ser animal que ataca por las noches a los varones con el fin de convertirlos en adeptos de su doctrina y en caballeros de su ejército del mal. Los clásicos literarios de la vampirología sitúan a Lilith como la madre de todos los vampiros y la institutriz de las nuevas generaciones que perpetúan el encargo de sobrevivir a costa de la sangre de los demás. (ver Libro de Nod: Crónica de Caín, de las sombras, de los secretos; El evangelio de los vampiros; La biblia de Lucifer) La luna negra: En astrología hablar de luna negra equivale a entrar en uno de los mundos más misteriosos, terroríficos y hasta macabros. Hablar de la luna negra tiene, por denominación, un contenido negativo que está relacionado, sobre todo, con el color de la tiniebla o de la apocalíptica astral. Sin embargo, la luna negra es una de las representaciones más elogiosas que se han hecho de Lilith, un personaje que está a caballo entre la mitología antigua y la teología surgida de la tradición bíblica. La noche hebrea (Laila) que aparece en el Antiguo Testamento tiene su origen en el nombre de la divinidad babilónica Lilith. La misma etimología del nombre (Lilith) está relacionada con el vocablo hebreo de la noche (Laila). Para los babilonios, Lilith era un demonio femenino que aparecía por las noches, un demonio nocturno, un duende noctívago que controlaba el viento y los temporales. Su figura está presente en diferentes leyendas. Todas estas leyendas hablaban de la existencia de dos influencias que determinaban la vida y la muerte de las personas, en donde residía el origen del bien y del mal. Aquel dualismo filosófico se centraba en la existencia de dos lunas: La luna blanca y la luna negra. En ellas estaban representadas las fuerzas femeninas de la sexualidad y de la maternidad. De ellas dependían el nacimiento de los niños, el florecimiento de los campos, el desarrollo de las cosechas y, en definitiva, la vida misma. Todo dependía de la luna. La luna blanca y la luna negra eran los polos (positivo y negativo) de la creación y del poder. La felicidad, el amor, la vida y el bienestar dependían de la luna blanca mientras que el dolor, la guerra, la muerte y el mal dependían de la luna negra. La primera se identificó con el sol y la segunda con la luna nocturna. Una de las leyendas más influyentes definió el polo negativo como la sombra de la luna blanca a la que llamó Lilith. Demonio apocalíptico: Aquel ser identificado como la luna negra se introdujo en la tradición del pueblo hebreo y en la cultura bíblica convirtiéndose en uno de los eslabones más representativos de la apocalíptica judía que llegó hasta la literatura intertestamentaria de la época del Segundo Templo y, por tanto, hasta los tiempos de Jesús. En el libro de los “Cánticos del Sabio” encontrado entre los manuscritos del Mar Muerto, tenemos las fórmulas apocalípticas que utilizaban los hombres de Qumrán para ahuyentar a los demonios a través de una liturgia en forma de exorcismo. En uno de los ritos cultuales los hombres de Qumrán dirigían su oración de petición a Dios diciendo: “Y yo, el Instructor, proclamo la majestad de su esplendor a fin de asustar y aterrorizar a todos los espíritus de los ángeles destructores y los espíritus bastardos, demonios, Lilit, búhos y chacales” (4Q510,4-5). Señora de la lujuria: Lilith, junto a Isis y Gello, las tres pertenecen al mismo grupo de mujeres que se oponen al plan divino trazado desde los orígenes. Este hecho hizo que Lilith, que hasta ese momento se había identificado con la luna negra, adquiriese todo tipo de manifestaciones y representaciones gráficas. La imagen de Lilith como una mujer hermosa, cautivadora y seductora se convierte en el anti-tipo de la castidad y en el prototipo de la señora de la lujuria y el desenfreno. Ella es el talismán de la censura sexual, de lo escondido y prohibido. Reina de los Vampiros. No sólo mantiene relaciones sexuales con hombres a los que después asesina, sino que también se alimenta de su sangre. Es en esa encarnación donde Lilith se asemeja a diferentes divinidades y monstruos femeninos presentes en la mitología clásica: Lamias hijas de Hécate diosa de la brujería; Empusa, y las harpías ayudantes de las Erinias o Furias y las Estriges, también macabras visitantes nocturnas; las Moiras o Parcas, las Gorgonas, y las Grayas siniestras ancianas habitantes de los infiernos. En todas estas figuras se repiten las alusiones a muerte de hombres y niños. SEÑORA DE LA LUJURIA y DE LA NOCHE Los hechizos más antiguos han incorporado a sus letanías el recuerdo a Lilith como la diosa y señora de la lujuria y la perversión. Todo esto ha hecho que su figura fuera adquiriendo una imagen de trazos sexuales cada vez más definidos. Hoy hablar de Lilith es hablar de un tipo de magia y brujería que hay que enmarcar en el ámbito de la sexualidad como ejercicio del desenfreno y como satisfacción de los placeres prohibidos. Por esa razón numerosos grupos han manipulado la imagen de Lilit como patrona de determinados movimientos lésbicos. Sin embargo, otros grupos se han identificado con los placeres sexuales de Lilith con hombres y mujeres y han hecho de ella el mejor punto de referencia de grupos y movimientos bisexuales. Símbolo de la igualdad: La imagen de Lilith como una mujer emancipada, que se negaba a realizar el acto sexual debajo y a someterse a los criterios del varón, se ha convertido en uno de los símbolos más actuales en las sociedades occidentales para determinados grupos y movimiento feministas. Su oposición a vivir bajo la imposición de una cultura patriarcal y machista ha llevado a Lilith a encabezar una guerra permanente en contra del varón, dispuesta a rechazar la propia maternidad, a negarse a engendrar o, simplemente, a luchar por una sexualidad libre, ambigua e indiferente. Se ha convertido en un símbolo de la mujer emancipada, en paradigma de la igualdad entre el hombre y la mujer, y en patrimonio de una sociedad que camina hacia el verdadero reconocimiento de los derechos de todos los seres humanos. Compilado y estructurado por el Dr. Fernando Durand Mejía - Lima-Perú |
Imagenes y textos de tipo político,extraños y de interes general. Artículos o fotos especiales, no comunes.
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